Buscar este blog

martes, 25 de diciembre de 2007

Algunas veces

Seguramente si nos ponemos a mirar hacia atrás, podremos decir, "algunas veces...", ¿cuántas veces habremos dicho esto?, ¿cuántas veces habremos pensado que hubiera sido mejor haber tomado otro camino?.

El destino. Si existe el destino, parece un galimatías que sólo tiene cierto sentido al final del camino, ya que cuando miras hacia atrás, lo ves como un todo, que incluso tiene cierta lógica.

Por todo ello, algunas veces, hubiera sido mejor caer en la cuenta de que no debiste haber hecho aquello, o haber hecho otra cosa.

Cansados de mirar hacia atrás, para darnos cuenta de que como hemos llegado a ese punto de no retorno, enfocamos nuestra energía en mirar hacia adelante, pero la oscuridad de ese futuro cercano, nos hace dudar, y utilizamos el "quiénes somos" para no dejarnos llevar, para que nuestras decisiones tenga cierto sentido, y para medir las consecuencias.

Consecuencias, esas terribles y pesadas lineas en nuestros actos. Seguro que viendo la historia de algunos individuos, podemos ver, que el miedo a las consecuencias apagó su luz, su capacidad para hacer cosas, para sentir algo más que su propio vacío.

No tratemos de medir siempre las consecuencias, porque al final, cuando se nos agote la pila, cuando nos vayamos, todas ellas, no tendrán ningún valor, ninguna consideración por nadie cercano a nosotros, y menos, todavía por los que no nos han conocido.

Abogo por mantenerme firme en una idea. "Que me quiten lo bailado". "Prefiero pedir disculpas a pedir permiso", "Prefiero arrepentirme por lo que he hecho que por lo que no he hecho".

Sin embargo, es frágil, la voluntad de seguir este camino. Es duro, continuar siendo fiel a uno mismo, es más tentador, quedarse a descansar en el lugar de la nada, pero, forjarse una personalidad, no es tarea para creer que la podemos adquirir en todo a 100, o encargarlo en amazon, es escalar un 8000, es lanzarse al vacío en salto base, es entrar en un edificio ardiendo a rescatar a un gato, es correr una marathon en 4 horas, es ir hablar con la chica que tiene el novio cachas, es decir "puedo porque quiero", es pararte a ver el aterdecer, es escucharte a ti mismo, es ver lo que pasa a tu alrededor, es sentir la calle bajo tus pies, es que "algunas veces" empiezas para acabar...

Con todo, y sin llegar a ningun sitio, podemos atisbar el camino que creemos que hemos decidido recorrer. Creemos gobernar nuestras vidas, y actuamos al final como marionetas. Cortemos los hilos definitivamente, acabemos con nuestro malestar, soñemos con poder alcanzar la sublime sensación de ser nosotros mismos, más allá de rumores, más allá de ideas, más allá del amigo, más allá del grupo, más allá de lo que creíamos ser. Allí, nos estará esperando, la gloria, sólo alcanzable para el que aspira a lograr ser mejor que ayer, y peor que mañana, y que conste que esto ya lo decía Nietzsche, cuando nos hablaba del "superhombre", él ya nos enseñaba, que todos nosotros, podemos, si queremos alcanzar ese estado.

"Algunas veces", empiezas a escribir, y no sabes que te guía, pero te dejas llevar, y lo consigues.

¿...y tú qué opinas...?.


un saludo desde áfrica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda, esa es la cuestión: dejarse llevar. Pero no dejarse llevar por lo que te rodea, por lo que hacen los demás, por lo que te sugiere el entorno o la vida misma. La mayoría de las elecciones que hacemos en nuestra vida son restringidas ya que se realizan en función a un marco de ideas y valores adquiridos. En cada una de estas elecciones, los valores fundamentales se dan por sentados y la elección consiste en encontrar los mejores medios de lograrlos. En cambio, en las elecciones radicales son los propios valores fundamentales los que están en juego. Ya no elegimos dentro de un marco que presupone que sólo buscamos potenciar al máximo nuestros intereses, ni dentro de un marco que da por sentado que haremos lo que consideremos éticamente mejor. Al contrario, lo que hacemos es elegir entre posibles formas de vida: aquella en la que el interés propio ocupa el primer lugar, o aquella en que la ética es lo más importante, o quizá optamos por un compromiso entre ambas.
A mi, en estos momentos de mi vida, nada me mueve más que actuar de manera ética conmigo misma, con el planeta y con los demás habitantes de la Tierra.
Un saludo...
Buen Blog ;)

Anónimo dijo...

El camino que pasa por ser honesto consigo mismo es arduo... Quizá "algunas veces" pensamos que estamos consiguiéndolo, para luego toparnos con un lugar por el que ya hemos pasado... como caminando en círculos, repetimos de nuevo la equivocación que nos llevó a donde estamos...

Dicen que el ser humano es el que tropieza varias veces con la misma piedra, pero ¿cómo podríamos conseguir aquello que anhelamos sin intentarlo una y otra y otra vez?

Por el sendero que me he marcado en la vida, caminé antes sobre las pisadas que otros habían dejado para mí... Hace un tiempo me aparté de ese camino, tomé la decisión de explorar y abrir una senda nueva entre la maleza... Llegué a un acantilado y como tú dices, salté al vacío... Aún vuelo... Quien sabe qué aguarda al fondo...