Cuantas veces nos habremos encontrado, al final de un examen, con que sabíamos muchas de las respuestas, y en cambio, no atinamos con las mismas.Es una situación tremendamente curiosa, cuando percibimos tan rapidamente que nos hemos equivocado, tan cerca de que parece que podíamos haber contestado correctamente.
Y claro, nos preguntamos, ¿por qué no escribí esto o por qué no escribí aquello?. Pero si era un cuestionario supersencillo.
Muchas veces, aunque conozcamos la respuesta correcta, nos pasa como en esos exámenes, nos ponemos nerviosos, o nos afectan cosas externas, o tal vez, simplemente, no las teníamos todas con nosotros. Es cuando todo ha pasado, cuando ya no puedes dar marcha atrás cuando se te viene la respuesta correcta a la mente. Lo peor de todo es que siempre ha estado allí, siempre había estado esperando a ser puesta sobre la mesa en el momento correcto.
A pesar de lo listos, de lo inteligentes que nos creamos, cuando llega el momento, es cuando descubres que aun te falta mucho por aprender. Mucho por saber de respuestas de libro.
Estoy seguro que en la siguiente prueba, sacaremos lo mejor de nosotros mismos. Este es el proceso de aprendizaje.
Adjunto una foto que viene al pelo con esta situacion.
¿y tú qué opinas?
un saludo desde áfrica.
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