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viernes, 10 de abril de 2009

Cuando uno depende de como le va a otra persona

Opino, y es mucho opinar, que pocos deben de ser los momentos mágicos, en nuestra vida, en la que vemos como hemos conectado con alguien. Esa conexión es para bien y para no tan bien, como diría aquel optimista.

En estas situaciones, no podemos, más que ser observadores. No podemos, y menos aun, debemos intentar quitarle hierro al asunto o asuntos que dominan la vida del otro.

Es imposible no sentir impotencia, es imposible no sentir que no puedes hacer nada, es imposible, sentir que ¿quién me mandaría a mi?, pero admitámoslo, no hemos escogido ese camino, porque siempre pensamos que si pudiéramos escoger, escogeríamos caminos de buenas sensaciones, caminos llevaderos, pero, fíjate, que cuando saboreas que el camino que tienes ante ti se planta delante tuya, y te observa directamente al corazón, tú, le devuelves la mirada.

Todo lo bueno que puede ofrecerte ese camino, no lo vas a dejar pasar, porque haya dificultades, no vas pensar en volver al banquillo de tu anterior vida, ahora estás jugando un gran partido, y aunque el equipo contrario parezca invencible, aunque estés, en más de una ocasión saboreando ya la derrota, sabes, en el fondo lo sabes, que es ahí donde quieres estar.

Se me vienen a la mente todos los recuerdos que importan, otra cosa curiosa, podrían venírsete los malos recuerdos, los malos momentos, pero se te vienen aquellos donde percibías la conexión, entendías el motivo de todo, y sabías que habías llegado a la estación correcta. No era fin del camino, era un bienvenido a lo grande.

Ahora, aquí, cabizbajo, pero lleno de esperanza, por eso sigo en pie, porque dentro de mi conozco la verdad, y la verdad es, que soy un ser independiente, y que por muchas cosas que pasen a mi alrededor soy yo quien dirige mi barco. No consulto el mapa, mi barco se dirige a tu puerto, el viaje, atravesando este inhóspito mar, puede parecer una locura, puede parecer una pérdida de tiempo, pero me encantará compartir una copa de vino, una de ribera del duero, brindar mientras dices "ojos" y ver que hay dentro de ellos.

un saludo desde áfrica.

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