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viernes, 2 de octubre de 2009

verde rosa y azul

El otro día me comentaron que llevaba muchos lápices en mi bolsa. Ahora estaba mirando, antes de escribir, mis tres lapiceros de colores.

Uno para las fechas, otro para las leyes y el último para subrayar lo importante.

Cómo me cuesta avanzar. Que lento es el paso, leo, y poco a poco germino las ideas, pero es tan de vagar. En cualquier instante mi mirada se desvía del texto, pequeño y furtivo momento que me aleja de lo que estoy haciendo y "obliga" a mi mente a dejar de pensar en lo que estoy leyendo y se lanza ávida a divagar.

Como en otras ocasiones, en algún pasado, ya lejano, salgo al balcón, saco mi cabeza al exterior, me empapo de mi propia soledad. Al igual que esas otras ocasiones pasadas, me pregunto qué estaré haciendo de aquí a unos meses, qué será de mi futuro más cercano y no tan cercano.

Tambien, miro hacia el pasado, hacia aquellas otras situaciones de buscar despajar, por un tiempo la cabeza, y recuerdo las divagaciones de antaño, las cosas que me preocupaban, comparativamente hablando parece que fue ayer, cuando estaba sacando mi título de administrador de sistemas, y pensaba en aquella converación con Helena sobre el gilipollas aquel. El cómo me había afectado que ella lo defendiera. Este individuo era el típico "dos caras", cobarde, que nunca se enfrentaba a la cara, y ya ves, con ella, en otra faceta de su vida, era agradable, simpático, y bueno que si a ella le caía bien, como iba yo a convencerla si quiera de lo monstruoso que podía llegar a ser su psique.

Miro al pasado, y puedo atisbar cómo jugaba al pcfútbol a la vez que estudiaba BB.DD. o java. Como siempre, como ahora, como mañana, no puedo estar haciendo una sola cosa, tengo que, necesito hacer varias cosas a la vez.

Recuerdo que el 27 de septiembre de 1994 fuí al bar de los amigos, allí estuve callado, taciturno, lo de aquella chica me había cerrado en banda, y casi paso por su casa a hablar con ella, pero fuí fuerte, y volví al bar a desahogarme con una amiga. Qué deprimido estaba.

Recuerdo como se pasó todo. ¿y ahora?. Ya no significa nada, sólo un recuerdo.


Hoy tras sacar la cabeza por la ventana, tras respirar, una vez más esa atmósfera de recogimiento y de soledad, de encuentro con lo pequeños que somos, de cercanía de sensaciones de vulnerabilidad, y a la vez, nos damos cuenta de lo fuertes que somos, y de como pasito a pasito, hemos llegado hasta el punto en el que nos encontramos.

Soy lo que soy, por todos esos pasitos, miro hacia mis adentros, y lo que veo, percibo, oigo, siento, me gusta. Tal vez, habría que cambiar algo, tal vez, ahí está mi punto de humildad, pero que se note, porque si no se hace notar, si el cambio queda oculto a la vista, al tacto, al mejor sentir que callar, pues entonces, no habrá cambios que realizar.

Bueno, como veo que no voy a volver a mis lapiceros, qué mejor que dejarlo

1 comentario:

Clo dijo...

Es en los momentos de soledad cuando nuestra mente mira al pasado y los recuerdos hacen acto de presencia sin avisar. El pasado me demuestra como seguimos adelante aunque pensemos que ya no podemos más o que por lo que estamos pasando es muy doloroso. Ahora, desde la distancia, las cosas son distintas. Las sensaciones que tengo cuando pienso en ello son otras....Aunque determinados recuerdos vienen acompañados de preguntas sin respuestas y tristeza. Es en esos momentos cuando miro hacia adelante. Miro el camino recorrido y el que se abre ante mí... Parece que el futuro no será fácil. El futuro es sinónimo de incertidumbre. Pero la única opción es seguir adelante.
El pasado nos demuestra que somos más fuertes de lo que pensamos.
Un beso.

PD: Puedes lograr lo que te propongas :)