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martes, 2 de febrero de 2010

La hora de la cita...

Oh, compañera, ¿Por qué acudiste hoy a nuestra cita?,
¿qué te ha llevado a recordar nuestro acuerdo precisamente hoy?
Todavía no me he despedido de la gente a la que quiero.
Aun no he podido ver aquellos países que quería visitar.
No he conseguido recordar aquellos compromisos que no he cumplido.
No tengo toda la información sobre mi vida y mis cosas
No he visto aquellas películas que siempre quise ver.

Si te hubieras olvidado, aun podría levantarme mañana y saludar
Podría alcanzar aquellas metas que me propuse
Sabría que decir en las reuniones de amigos
Conocería otros idiomas, para poder comunicarme mejor

Déjame al menos decirles a todos que el cambio no es para mal
Que de todo esto siempre sale algo bueno
Vuelvo con los míos.
Permíteme dejar el espíritu de las personas que me quieren, libres de dolor
Libres de angustia, Libres de desconocimiento.

Estaré bien, estaré tranquilo.

Todo está bien, lo sé.

Es hora de acudir a mi cita. Estoy preparado.

1 comentario:

Clo dijo...

Hay citas a las que sería mejor no acudir o por lo menos nos gustaría retrasarlas. Es lo que tiene la naturaleza humana, nos aferramos a lo físico y cuesta dejar que las personas importantes en nuestra vida acudan a su cita.
Teniendo presente la sensación de las cosas que quedaron por hacer, por sentir, por vivir...y siendo consciente de que el tiempo se agota, comparto los últimos momentos y con una triste sonrisa me despido. Debo dejarte marchar...hasta pronto.

Misionero, como siempre, un acierto tús palabras.
Un beso enorme.