Buscar este blog

domingo, 12 de febrero de 2012

Desde la lejanía...

Qué curiosas sensaciones despiertan en mi los recuerdos de tu persona. Aquellos momentos vividos, la sorpresa de aquel presente tan intenso, con situaciones plagadas de instantes maravillosos.

Se torna la alegría en tristeza, cuando pienso que pena no poder seguir viviéndolo, y es curioso, porque valoro sobremanera el haberlo disfrutado, aunque sólo fueran unas horas.

Tu recuerdo, inborrable, que perdura en el tiempo, que no se marchita a pesar de los días, meses, que pasan sin quebrarse. Yo diría que, de vez en cuando, echo la vista atrás. No busco remover, no encuentro pesar, como dije la tristeza forma parte de la pena, pero no es una pena de dolor, sino de "qué pena no haberlo continuado", esa imaginación que rellena los huecos, y lo hace tan sumamente bien, que parece que esa vida hubiera sido embriagadora.

Ahora, alejados, tal vez no sólo por la distancia, sino que nuestras mentes abandonaron hace tiempo ese barco, no sé tú, pero yo, vuelvo a aquel lugar de vez en cuando, y me gusta.

Reviso videos, fotos, y todo vuelve al presente con fuerza, aun aparecen pequeños detalles, como esa mirada, o ese beso, o la conexión, oh si, la conexión, tan grande, tan patente, tan increiblemente cálida y cercana, que haber dado con ella, contigo, no lo habría cambiado, ni aunque hubiera conocido de antemano, la sala de espera, en la que ahora me encuentro.

No pude fijar otro rumbo, conociendo la colisión, qué mejor forma de encontrarse, en medio de este océano de vida.

Aportaste esa esperanza, que a los que somos desaprovechadores de momentos, pensando en que nos merecemos más, pude comprobar que si, que yo me merecía una sensación como la que tú provocabas.

Ahora, tal vez, pueda sonar, algo "nibelungo", pero no creas ni por un momento que no me he reído, como en aquella hora, que no me he sonreido cuando viéndote de nuevo, esa luz que despejaba mi camino, nuestro camino, fue tan intensa que incluso, el recuerdo, puede hacerme sentir una de las personas más afortunadas del mundo.

Sólo puedo decir, que gracias a aquellos momentos, me sentí tan natural, tan lleno y pleno, que puedo pensar, una vez más, ...

1 comentario:

Ius dijo...

Todas y cada una de las personas que aparecen en nuestra vida y lo que vivimos con ellas, contribuyen a construir la persona que somos.
Son las las estrellas, las luces de nuestra particular noche de verano
Un abrazo Misionero.

PD: No dejes de regalarnos tus pensamientos y curiosidades.