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viernes, 15 de mayo de 2009

Mi mayor inseguridad, YO MISMO CON LOS DEMÁS

Comentaban en un curso que terminé hace unos días, que cuando tomas una decisión, te sobreviene el mal del comprador, ya que crees que la decisión que tomaste es la equivocada, y que debiste tomar la otra.

Nuestro cerebro, para evitar caer en la locura, te manda unas justificaciones que te vienen al pelo, y te quedas satisfecho.

Por ejemplo, tomas la decisión de ir a la playa, y mientras estás llegando piensas, vaya debí de irme a la montaña, o debí quedarme en casa que ponían el ciclo de Van Damme, entonces nuestro cerebro, nos manda la justificación. La playa es buena decisión que tengo la piel que necesita color, además Van Damme es intragable a partir de los 90, y la montaña fue tu última elección, así que playa, perfecto.

Parece un mecanismo muy bueno. Lo malo es cuando llegas a la playa, llueve y dices, "vaya mierda de decisión". O cuando aparecen justificaciones para todo y te quedas bloqueado "¿ahora qué hago?".

En mi caso, la palabra inseguridad, pues no es, digamos, de las que más me gusta, primero porque es muy larga y compuesta "in + seguridad", o sea, la falta de seguridad.




Digamos que existen dos tipos de seguridad, seguridad en ti mismo, y ya la hemos fastidiado, porque en este curso tambien vimos, que "a saber quién es uno mismo" y que estamos cambiando continuamente, que el problema nace de que siempre nos han llamado igual, desde que nacemos, "Pedro esto, Pedro aquello", y claro, PEdro parece un entente monolítico, tocable, fiable.

Por otro lado está la seguridad en tus decisiones y en las personas que te rodean. Empezando por el final, no puedes tener seguridad en nadie, porque al igual que tú, a saber quiénes son realmente, tal vez hoy sean de una forma, pero mañana, serán de otra influenciados por alguna situación, pero que no nos sorprenda, uno está bajo la misma situación.

Continuando con la seguridad en mis decisiones. Bueno, la verdad es que ahí hay un gran vacío de seguridad. Digo grande porque pequeño no parece, no se trata de que crea que me voy a parar en mis decisiones a ver que pasa, pero cierto es que algunas, bueno, tal vez más que algunas, los que me conoceis, así lo estaríais pensando, pues eso, que en muchas de ellas, navego en la total inseguridad, no hay conexión entre lo que quiero, pienso y siento. Otra de estas cositas que he aprendido en este curso.

Resulta que tenemos un gran desfase, digo tenemos, porque parece que es mayoritario, entre lo que pensamos, sentimos y actuamos. El ejemplo que puso el docente, fue "divertido".

Pienso que hay que cuidar del medio ambiente, siento que estaría bien eso de separar las basuras, anda que voy a yo a separar cosas en bolsitas todo junto y ¡¡¡¡¡hala!!!!

divertido,¿no?, seguro que nos sirve para sentirnos identificados.

En mis semanas más cercanas al día actual, siendo totalmente sincero, mi punto de encuentro entre (Pienso,siento,actúo) es más pequeño de lo deseable.

Asi me encuentro en que algunas decisiones, parecen poco serias, o se difuminan rápidamente, o simplemente no llegan a tomarse.

¿inseguridad?. Pues si. Porque debería hacer más por aunar estos tres puntos, pero en algunas áreas de mi vida, no lo veo fácil. Tal vez, debería hacer ejercicios, y poco a poco ir mejorando puntos de encuentro.

Digamos que cuando tengo que poner límites es como si no pudiera creerme del todo lo que siento, porque si lo pienso un poco de más de la cuenta, aquellas justificaciones que comentaba antes, aparecen , y aparecen, y para todas las opciones. De ahí que actuar, en muchos casos, o es complicado o si lo haces, tu apoyo interno a dicha actuación se va al garete. Y dudas.

Muy diferente, es cuando, se mezclan lo sentimientos. Tomar decisiones con la cabeza, cuando sientes mayoritariamente lo contrario, no es sólo contra uno mismo, sino contra toda lógica.

En una situación muy particular, he tenido que tomar una decisión para evitar males mayores, y resulta que no encuentro fuerzas para mantenerla, porque todo el rato, no es que me asalten dudas, es que yo no quería tomar esa decisión. Otra vez he tenido que poner un límite.

Cualquier persona, seguro que me dirá, "chico, es la decisión adecuada", pero ¿y qué sabes de cómo me siento?.

¿cómo me siento?, he de admitir, que poco importa, ya que hay una realidad cuando tomas decisiones. Hay consecuencias.

No es que no sepa aceptar las consecuencias, pero no sobrellevo como me siento. Dicen que tiempo al tiempo. Y es cierto, con tiempo podría poner cada cosa en su sitio, y superar cualquier sensación actual, cualquier sentimiento presente. Pero, es que no quiero superarlo, y eso no hay tiempo que ayude..., no quiero convertir todo esto en una experiencia, no quiero sentir que ha pasado, no quiero dejarlo correr.

y como siempre digo ¿y tú qué opinas?.

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