En muchas ocasiones viajamos en el tiempo. No nos hace falta maquinita alguna. Simplemente dejamos que la la mente viaje hacia ese lugar, hacia ese momento que algún olor, sabor o sensación nos hace de catalizador.
Ahora sumido en uno de esos viajes he podido disfrutar de esa agradable sensación provocada por ese viejo recuerdo.
Aquí viendo a alguien que ha perdido la memoria, que en su "nueva" vida aparecen cosas buenas, uno se pregunta si merece la pena tener recuerdos.
Yo puedo presumir, y conozco pocos que puedan, de recordarlo todo, lo bueno y lo malo con las mismas ganas. Aun así, la pregunta sigue en el aire. ¿Merece la pena tener memoria?.
Y cuando me refiero a memoria, no digo no recordar nada sobre cosas aprendidas, herramientas del aprendizaje, conocimiento. Me refiero a esa memoria emocional, sentimental, que nos ata muchas veces a sensaciones dolorosas o encontradas. ¿Merece la pena recordar el dolor?. Tal vez una vez aprendido algo a través del dolor, ¿no bastaría sólo con recordar lo aprendido, sin necesidad de revivir el dolor?.
Bueno. No tengo tiempo para más reflexión. Ahí la dejo.
Un saludo desde áfrica.