Lo estabas buscando, apasionadamente. Mirabas en todas direcciones esperando pistas, algo que atisbara el final del sendero, o por lo menos, saber cuál era tu objetivo.
Allí, rendido a la evidencia. No hay objetivo, ahora te has dado cuenta.
Comienzas por la mañana, notando esa desazón, creyendo que a lo mejor se pasará. Cruzan las horas tu camino y te preguntas, dónde estará tu energía. Se suponía que habiendo calentado motores, deberían haber surgido ya los refuerzos.
El frente enemigo se amplía, la batería de síntomas, de fallas, ..., no dejan de aparecer, y como un ejército realmente entrenado, atacan. Los flancos se tambalean, recurro a mis últimas huestes, las más fuertes, las mejor entrenadas. Todo el frente se desquicia, ya no sé si soy yo, o si me mantengo en piloto automático.
Cómo me gustaría poder rendirme. Parar la lucha, y decir, "yo me bajo aquí, gracias". Pero parece que nos toca seguir "jugando" con este hombre de traje negro que me acompaña, cerca, muy cerca, desde 2006.
Hoy cabrón he vuelto a vencer. Lo sabes. Y bueno, mañana volverás a la carga, pero esa ya es otra historia, eso será otra ráfaga más contra la que me tendré que batir....
