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viernes, 9 de abril de 2021

Copia y pega....Síndrome de fatiGa crónica

Cosas que debes saber sobre el síndrome de fatiga crónica

Isabel Gallardo Ponce

Miercoles, 07 de Abril de 2021 - 00:00

Batería baja  

El cansancio físico que origina el síndrome de fatiga crónica produce una falta de energía para realizar las actividades de la vida diaria

El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad de origen neurológico relativamente desconocida 

 tanto por la sociedad como por muchos sanitarios. Se caracteriza por la aparición de una fatiga 

 invalidante al realizar cualquier esfuerzo físico mínimo, que no mejora con el reposo y que persiste, por lo menos, seis meses. 

 Sin embargo, esta fatiga física y patológica, que limita al menos a la mitad las actividades que la persona realizaba antes, no tiene detrás una enfermedad que la justifique, como un problema respiratorio o del corazón. Pero es que, además, esta dificultad de hacer actividades por la mera imposibilidad energética de mantenerlas, y la aparición de esa fatiga postesfuerzo, no viene sola y se acompaña de fatiga mental.

Fatiga física y mental

Joaquím Fernández Solá, jefe de la Unidad de Síndromes de Sensibilización Central del Hospital Clínic de Barcelona, explica a CuídatePlus que las personas con síndrome de fatiga crónica también presentan falta de concentración, dificultad para retener hechos recientes, enlentecimiento del curso de pensamiento, somnolencia diurna y problemas durante el sueño, que se convierte en superficial y no reparador.  

Ramón Sanmartín, responsable clínico de Fatiga Crónica de la Unidad de Síndromes de Sensibilización Central del Hospital Universitario Vall d’Hebrón, de Barcelona, añade que la persona con fatiga crónica también puede tener problemas de comprensión lectora, y “a veces al hablar se quedan sin palabras. Saben lo que quieren decir pero les cuesta un poco más”. 

Además, aparecen otros síntomas muy similares a los de la gripe: dolor óseo y muscular, dolor de cabeza, dolor de garganta, febrícula oscilante y ganglios inflamados. 

Sin origen psicológico

Y es que aunque muchas veces el síndrome de fatiga crónica se ha achacado a causas psicológicas, no hay nada más lejos de la realidad. Aunque no se conoce su causa exacta “es una enfermedad que queremos deslindar de un origen psicológico, porque no lo es. Antes se creía que era un problema adaptativo, de origen pseudodepresivo, Ya sabemos que no”, dice Fernández Sola. Esta enfermedad, que afecta a entre el 0,3 y el 0,5% de la población mundial, y en España a entre 120.000 y 200.000 personas, tiene una parte neurológica y otra inflamatoria. 

Causas del síndrome de fatiga crónica

No se conoce con exactitud por qué aparece la fatiga crónica, aunque se cree que debe a una amalgama de varios factores. De esta forma, el síndrome podría desencadenarse en personas con predisposición genética y de forma más frecuente en mujeres. 

Como en todo, tener una predisposición genética no implica que la enfermedad vaya a desarrollarse en todos los casos. Para que esto ocurra hace falta que haya un desencadenante. Alguno de estos serían:

  • Infecciones víricas: Especialmente el virus de Epstein-Barr, que causa la mononucleosis infecciosa, pero también puede asociarse a otras infecciones, como el VIH, la hepatitis C, la Covid-19

  • Reacciones a fármacos.

  • Una operación, un accidente, un problema laboral o familiar, es decir, situaciones que estresan a la persona y la hacen susceptible de desarrollar un síndrome de fatiga crónica.

  • Factores ambientales.

Según Fernández-Solá, de promedio el perfil del paciente es el de una mujer de 45 años que previamente tiene una cierta limitación funcional, pero que después de exponerse a un factor desencadenante -infección, estrés, accidente, operación- inicia un grado mayor de fatiga que la limita y que persiste con oscilaciones. 

¿Cómo afecta la fatiga crónica a la vida diaria?

Para entender el síndrome de fatiga crónica hay que tener en cuenta que cada paciente es un mundo y que no todas las presentaciones son iguales. “Por regla general es una presentación progresiva en la que van añadiéndose síntomas y la persona suma limitaciones para hacer actividades que hacía previamente sin ningún problema. Empieza a costarles hasta el hecho de caminar, ya que al recorrer una distancia corta aparece una pequeña fatiga”, explica Sanmartín.

Además pueden aparecer problemas para realizar el autocuidado y la higiene diaria. “A veces el hecho de ducharse y secarse con la toalla genera una importante fatiga. En algunos casos la persona necesita ayuda o supervisión porque no es capaz de hacer estas pequeñas cosas. Hay personas que no tienen unos síntomas tan intensos y van haciendo una vida relativamente normal, pero van al ralentí y con dificultades para llevar a cabo las actividades diarias”, añade Sanmartín. 

El hecho de que sea oscilante hace que algunos días la persona pueda encontrarse mejor y haga más actividades de lo habitual. Esto comporta un riesgo, sin embargo, ya que forzarse a hacer más puede favorecer que aparezca el malestar postesfuerzo en las horas o días posteriores.

Enfermedades que predisponen al síndrome de fatiga crónica

Además de los casos que aparecen sin un motivo evidente hay otras enfermedades que favorecen la aparición del síndrome de fatiga crónica. Algunas son, según explica Fernández Solá, el cáncer tanto activo como estabilizado, la esclerosis múltiple, patologías neuroinflamatorias y algunas infecciones, como la tuberculosis, el VIH y la hepatitis C.

Coronavirus

En el caso de la infección por coronavirus, Fernández Solá añade que “sabemos que hay un 15-20% de pacientes que después de pasar la infección desarrollan fatiga prolongada. Si se mantiene durante 6 meses y reúnen todos los criterios de la fatiga física, de la cognitiva y de la afectación del sueño, se podrá denominar como síndrome de fatiga crónica. En este contexto, no hay diferencia en si la fatiga crónica se ha producido por un Epstein Barr, por el coronavirus o si está asociada a esclerosis múltiple”.

Este síndrome de fatiga crónica asociado a la Covid-19 y que algunos pacientes presentan ya con un año de evolución, forma parte de lo que se llama síndrome poscovid o Covid-19 persistente. Y el tiempo y la investigación dictarán si se trata de algo reversible o si estas secuelas se convertirán en permanentes en algunas personas.

Consejos para vivir mejor con fatiga crónica

Es fácil comprender que la calidad de vida de las personas con síndrome de fatiga crónica está muy afectada. Se trata de una enfermedad que no afecta a todos por igual y que oscila, por lo que a veces las personas se encuentran mejor y otras veces peor. 

De esta forma hay afectados que pueden hacer sus actividades diarias con más o menos dificultad y otras que requieren supervisión hasta para la higiene diaria. “Hay personas que han sido muy activas, trabajadoras… y el cambio implica una disminución muy grande de la calidad de vida y de la sensación de bienestar”, puntualiza Sanmartín. 

Puesto que no hay un tratamiento eficaz contra este síndrome y los que se aplican suelen ir destinados a mejorar ciertos síntomas, como el insomnio y el dolor, es importante dar ciertos consejos a los pacientes: 

  • Intentar hacer un mínimo de actividad física, como caminar o cualquier otro ejercicio aeróbico -bicicleta, natación…- dentro de las posibilidades de cada persona. “En el momento en el que empiezan a notar un poco de fatiga o cansancio es importante que paren y que descansen y se recuperen”, advierte Sanmartín. Se trata de evitar el malestar postesfuerzo que generará una fatiga extrema en los días posteriores. 

  • Realizar una dieta lo más equilibrada posible, comiendo de todo pero con moderación.

  • Mantener buenos hábitos de sueño, acostándose y despertando a la misma hora para que el organismo descanse aunque la persona no pueda dormir. En cuanto a los fármacos para dormir, Sanmartín recuerda que los clásicos a veces “tienen un componente de relajación muscular y es posible que vayan bien para conciliar el sueño, pero hay que ir con mucho cuidado porque a medio plazo puede que la fatiga experimente un cierto empeoramiento”.

  • Apoyo psicológico en el momento del diagnóstico para ayudar a la persona a adaptarse a su nueva realidad. “El paciente tiene que aprender a vivir con una limitación que antes no tenía, y afrontar la pérdida de ingresos si tienen que abandonar el trabajo, además de la alteración de la relación tanto con pareja, como con la familia y los amigos”, aconseja Fernández Solá. En este sentido las técnicas conductuales o el mindfulness ayudan al paciente a adaptarse pero no son un tratamiento per se de la enfermedad. De hecho, no existe una terapia curativa y los tratamientos que se recomiendan sirven para mejorar los síntomas y la calidad de vida de la persona. 

  • Si se presenta ansiedad y síntomas depresivos es conveniente buscar ayuda. Se trata, según Sanmartín, de algo normal: “es reactivo al hecho de que hay una enfermedad de base y a que la persona no se encuentra bien, lo que genera esa sensación de malestar y de angustia”, añade Sanmartín.

Ambos expertos recalcan que la vida de las personas con síndrome de fatiga crónica da un vuelco cuando no pueden cumplir con las obligaciones laborales y familiares, con los encuentros sociales o con pequeñas tareas del día a día. “No es una enfermedad misteriosa, pero no ha llegado a su reconocimiento ni médico ni social y aún hay quien tiene dudas de si es una enfermedad psicológica aunque ya tenemos evidencias de que es neuroinflamatoria. Hay que conocer el espectro para ayudar al paciente”, recalca Fernández Solá.

Otras enfermedades asociadas

Es importante, además, tratar las enfermedades que van apareciendo asociadas a la fatiga crónica, como el colon irritable, la migraña, la sensibilidad química múltiple, la fibromialgia… La persona con fatiga crónica es “muy sensible a factores alimentarios y ambientales, al estrés… se juntan un espectro muy amplio de síntomas y que pueden ser hasta 50 diferentes. Estos signos oscilan, no todos tienen los mismos ni todos los pacientes los tienen, pero que se van añadiendo en el curso de la evolución de la enfermedad”, concluye Fernández Solá

 

Enlace fuente original

 

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jueves, 8 de abril de 2021

Una frase cada día...

 

"Cuando miras al abismo, el abismo te devuelve la mirada" (Friedrich W. Nietzsche)

Una frase cada día

 

“No hay manera de saber por qué pasan unas cosas y otras no. Lo que nos lleva a un lugar, lo que destruye algo, lo que hace florecer algo, o que muera, o que tome otro rumbo.”
Alma salvaje (2014)

Una de esas historias

 Hay una realidad patente en la vida de muchas personas. Como algo que te persigue por mucho que corras. Algo que siempre te espera en cuanto giras esa esquina. Un viento que siempre se cuela por alguna rendija de una ventana, que aunque tengas cerrada, no sabes por qué, pero algún pequeño hueco, oculto a tu vista, permite el paso del frío.

En mi caso podríamos contar la siguiente historia:

Estás en un hoyo. Uno de esos de los que no puedes escapar, resbalas cuando tratas de alcanzar la superficie. Una persona importante en tu vida se acerca. Le gritas pidiendo AUXILIO, QUÉ NO PUEDES ESCAPAR, QUÉ ESTÁS ASUSTADO...


...y esa persona importante te responde, "oye, a mí no me grites".


Es muy curiosa esa respuesta ante una petición de ayuda, desesperada, sólo les preocupa el tono de voz, que les afecta de mala manera. Luego te dirán que quieren ayudarte, que no les gusta verte en ese hoyo y demás, ...

No ver más allá de tu tono de voz indica lo que realmente es importante, y no es ayudarte mientras estás en el hoyo ...

...finalmente termino saliendo del hoyo por mis propios medios, y con una o varias personas "importantes" , menos, en mi vida.

Y cómo ese frío que se cuela por la ventana de mi vida, por más que la reviso, por mucho que trato de encontrar el por qué las personas no dan la talla en algo tan sencillo como es valorar quién eres por encima de tu tono de voz. Bueno, todos tenemos esa rendija, y ésta es la mía...

Algunas película y pico

Tanto a nivel sonoro, como visual, una de las mejores escenas del cine. No te pierdas el resto de la película. Único testigo.

 




Una reflexión sobre los plazos...

 ...los plazos de la vida que muchas veces se cruzan en fechas similares como si el principio fuera el origen del final...

miércoles, 7 de abril de 2021

Una frase cada día...

 No será la última, pero espero que no sea por el mismo motivo...

martes, 6 de abril de 2021

Copia y Pega, En la era del pasotismo, mostrar interés es marcar la diferencia

 "Yo tomé la decisión de que no apostaría por personas que se comportaran como si no existiera por mucho que eso, en su particular idioma, significara que en realidad podrían estar interesadas en conocerme.

Escogí no valorar esos aspectos y, con el tiempo, dejaron de atraerme quienes cumplían esos patrones. Fue la prueba definitiva de que me faltaba (mucho) por madurar emocionalmente.

Llegué a la reveladora conclusión de que quería algo tan normal (pero raro de encontrar) como una persona que me diera un trato de atención, cariño y consideración.

Porque no nos hace ni débiles ni necesitados querer ser cuidados. Buscar quien se preocupe por nuestros sentimientos, que nos trate en condiciones, sea capaz de expresarse y comportarse de forma coherente, nos pregunte “¿Qué tal ha ido hoy el día?” y que no quiera perdernos, es también desearnos lo mejor a nuestro lado.

Y si yo deseo eso para mí, no es tan absurdo pensar que pueda quererlo alguien más (y yo pueda dárselo).

Vamos a perderle el miedo entregar el corazón y todo lo que implica no solo cuando se trata del botón de ‘me gusta’.

Duquesa Doslabios." 


Enlace Original

lunes, 5 de abril de 2021

Una frase cada día....

 “Me quedo con las personas que no te sueltan en los momentos difíciles, que te animan, te aconsejan, te quieren y no te dejan caer.”

domingo, 4 de abril de 2021

Una frase cada día

 No pasa nada por discutir. El problema son la falta de disculpas y la ausencia de perdón...