Contador desde Febrero del 2008
martes, 26 de febrero del 2008
Atentado en iraq
Total muertos dia= 14
Total heridos dia= 7
Total Muertos Contador = 235
Total Heridos Contador = 448
...Continuará
jueves, 28 de febrero de 2008
martes, 26 de febrero de 2008
Contador de Muertos-Heridos 06
Contador desde Febrero del 2008
Lunes, 25 de febrero del 2008
Atentado en Afghanistan
40 muertos y 60 heridos
Atentado en Pakistan
3 muertos
Total muertos dia= 43
Total heridos dia= 60
Total Muertos Contador = 221
Total Heridos Contador = 441
...Continuará
Lunes, 25 de febrero del 2008
Atentado en Afghanistan
40 muertos y 60 heridos
Atentado en Pakistan
3 muertos
Total muertos dia= 43
Total heridos dia= 60
Total Muertos Contador = 221
Total Heridos Contador = 441
...Continuará
domingo, 24 de febrero de 2008
¿a donde vamos si ya conocemos el camino?
Hace un tiempo leí en un libro una historia que me dejó perplejo. Trataba de un lobo, que estando en el bosque, salía a cazar todas las noches. Era un lobo con cierto grado de soltura en sus movimientos, y se le daba bien acechar, asaltar, y sus colmillos atinaban justo en el blanco, en la yugular. El cervatillo de turno, el venado salvaje, no sufría, la axfisia provocada por el mordisco letal, era rápida, certera, ineludible.
El lobo, protagonista de la historia, vivía su vida, sobrevivía en períodos de carencia, y cuando llegaban los buenos momentos, disfrutaba de ellos como si fueran los últimos.
Cada invierno que le tocaba vivir, aullaba con más fuerza por las noches. Esas noches, esa oscuridad, el lobo disfrutaba de la sensación de libertad, un lobo no se puede domesticar, un lobo, nace para vivir la noche, para sufrir, para cortar el aliento, para sangrar.
Si miras a un lobo a los ojos, podrás ver una inmensidad, podrás atisbar su nobleza, su pasado, y el poco futuro que puede esperar de él. Ya que cuando tú le miras él te está mirando a ti, y en ese infinito instante, ya tiene sus colmillos en tu cuello, y estás deseando no haberlo mirado nunca.
Cuando has perdido a alguien por que un lobo la ha mordido, puedes ver en tu interior, y saborear esa curiosa sensación, donde se entremezclan lo dulce y lo amargo, lo triste y lo alegre, lo tuyo y lo mío. Nadie sabe por qué, pero el lobo de nuestra historia, no es un lobo como los demás, hace tiempo que no aulla, hace tiempo que no muerde, hace tiempo que no es lobo.
y colorín colorado, el lobo se ha ido hacia otro lado. ;)
¿y tú qué opinas?
El lobo, protagonista de la historia, vivía su vida, sobrevivía en períodos de carencia, y cuando llegaban los buenos momentos, disfrutaba de ellos como si fueran los últimos.
Cada invierno que le tocaba vivir, aullaba con más fuerza por las noches. Esas noches, esa oscuridad, el lobo disfrutaba de la sensación de libertad, un lobo no se puede domesticar, un lobo, nace para vivir la noche, para sufrir, para cortar el aliento, para sangrar.
Si miras a un lobo a los ojos, podrás ver una inmensidad, podrás atisbar su nobleza, su pasado, y el poco futuro que puede esperar de él. Ya que cuando tú le miras él te está mirando a ti, y en ese infinito instante, ya tiene sus colmillos en tu cuello, y estás deseando no haberlo mirado nunca.
Cuando has perdido a alguien por que un lobo la ha mordido, puedes ver en tu interior, y saborear esa curiosa sensación, donde se entremezclan lo dulce y lo amargo, lo triste y lo alegre, lo tuyo y lo mío. Nadie sabe por qué, pero el lobo de nuestra historia, no es un lobo como los demás, hace tiempo que no aulla, hace tiempo que no muerde, hace tiempo que no es lobo.
y colorín colorado, el lobo se ha ido hacia otro lado. ;)
¿y tú qué opinas?
Escribeme algo y leemelo cara a cara
Introducimos la mirada en el abismo
y nos llega una sensación desconcertante
quisiéramos seguir mirando, pero
el miedo,
la desazón
nos obligan a apartar la vista.
Nuestro afán por mantenernos firmes
hace de escudo, de parapeto
pero nuestros ojos se nublan.
Parece que lloramos, pero
son lágrimas de cocodrilo, ya que
engullimos nuestro espíritu cada día
lo masticamos mientras el agua cae por nuestras mejillas, y
ni nos inmutamos.
Al terminar nos damos cuenta de que el abismo
éramos nosostros mismos
acabando con el aura de otros
de los que se acercan a nosotros para hablar.
y nos llega una sensación desconcertante
quisiéramos seguir mirando, pero
el miedo,
la desazón
nos obligan a apartar la vista.
Nuestro afán por mantenernos firmes
hace de escudo, de parapeto
pero nuestros ojos se nublan.
Parece que lloramos, pero
son lágrimas de cocodrilo, ya que
engullimos nuestro espíritu cada día
lo masticamos mientras el agua cae por nuestras mejillas, y
ni nos inmutamos.
Al terminar nos damos cuenta de que el abismo
éramos nosostros mismos
acabando con el aura de otros
de los que se acercan a nosotros para hablar.
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