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sábado, 8 de febrero de 2014

Uno de esos momentos...

En un afán relativo, en una sucesión de actos de escaso valor motivador, los días avanzan, muchas veces sin sentido. A lo mejor nos encontramos ante un fraude, uno de esos sin parangón, que suelen pasar desapercibidos tiempo y tiempo, para luego explotar en una supernova de sensaciones, y que su luz se ve a millonarias distancias. Las consecuencias de todas esas decisiones, se ven reforzadas, por momentos de vigor, que fueron a más, o, ¿será a menos?. Continuo escuchando las vacilaciones al respecto, como si algo fuera a mudar, o a modificarse, por algo podrá motivarse un cambio, pero no será ahora, no será cuando todo el mundo está observando más allá de la noche, más allá de los ruidos que nos atormentan. Un día me levanté, y me puse las pelotas de montera. ¿Para qué?.... Allí seguía todo, sin inmutarse lo más mínimo. Yo me dispuse, pero no había otra trayectoria que la que podías decir que las cosas no eran como yo quería que fueran. Lo más seguro era que todo aquello se lo hubieran tragado sin pensarlo, sin verlo, sin dirigirlo contra nadie. No podía mirar hacia atrás, no quería hacerlo, pero me obligaban unas circunstancias que iban más allá de lo que yo podía soportar. Nunca había imaginado ese momento de plagio, en mi vida, esa mutación de los valores hacia algo que ni yo ni nadie quería. Por mucho que lo intentaba, nada estaba saliendo como yo deseaba. ¿Eso Importaba?. ¿A alguien u otro lo habrían notado?... Así es la realidad que nos rodea. Algo que huele y atufa mal, pero ya está tan establecido, asola valles y ríos. ¿Para qué pararlo?. Con ello vivimos, o sobrevivimos. Tiramos hacia adelante, como las mulas en el campo, mientras alguien espolea sin desparpajo ni gloria nuestra montura. ¿Podemos liberarnos?.... ¿Podemos llegar a sentir de nuevo la libertad en nuestra cara, como la brisa de las mañanas en un barco?.... ¿por qué el barco?... Bueno cualquier brisa, cualquier sensación de libertad, que no sea un simple recuerdo de algo que en algún momento vivimos. ¿Ha sido todo un sueño?. ¿Alguna vez fuimos libre?... ¿Alguna vez tomé mis decisiones como mías?.... Deberé apoderarme de esas riendas. Mi vida es mía. Lo tengo asumido. Con todo, mi pequeño momento de desahogo. ;)