En más de una ocasión has de enfrentarte a los acontecimientos,a tu vida, al constante devenir de situaciones, más o menos encontradas. Con desigual intesidad, puedes proponerte actuar
de primeras, instintivamente,
de vagar, como quien no quiere la cosa,
racionalmente, tras un período de estudio,
acobardado, porque el temor te embarga,
suspicaz, porque desconfías de todo y de todos.
Nunca dirías que ese es el proceso, nunca se te ocurriría ponerte delante de un espejo y tratar de praticar los procesos que te han llevado a mirarte a los ojos.
En más de una ocasión puede que seas consciente de todo lo que pasa a tu alrededor, incluso tener esa agradable sensación de solidez bajo tus pies. Aunque haya un viento huracanado, azotándo tu mente, notas como nada puede moverte, eres un muro de estabilidad, y el aire sólo puede rebotar, acariciar tu pelo y poco más.