el día de ver a la muerte

Intencionadamente o no, busco palabras ajenas para dar a entender ideas que suelen tener todos los seres humanos, y por desgracia uno, no se expresa con la misma legilibilidad que otros, que escriben mejor, hablan mejor, y bueno, con el permiso de calypso, tomo estas palabras para reflejar el sentir de la muerte, un tema que acucia, preocupa, y todos tememos en una o varias ocasiones de nuestras vidas.

Aquí van las palabras de esa persona:

...yo no escribo cartas si tengo un teléfono al que llamar,
y no llamo, si tengo a la persona para poder verla.
Entiendo tus normas, pero no me culpes por no opinar por escrito
cuando puedo decírtelo,
que no te escriba una carta,
cuando puedo llamarte,
que no te mande una foto,
cuando puedo verte.

Discúlpame si creo que las cartas, las fotos, los mensajes, son
el tipo de comunicación que me constriñe,
que me deja como si fuera uno más que pasa por tu vida.

Si cada vez que acepto eso, me arrancas un pedazo de mi ser para dárselo
a los carroñeros.

Yo lo que quiero es verte, hablar contigo, no escribir o dejar cartas en un buzón
que parece que no se va a abrir nunca más.

No me hagas ver que existe una posibilidad con tus palabras y la nula con tu comportamiento o viceversa

mátame si quieres, pero no me digas que me he muerto yo solo
eso no me lo puedes quitar
y lo haces
¿qué clase de ser desea ver letras de alguien del cuál no quiére oir palabras?

No veas en estas palabras dolor, que lo apaciguo con esperanza, no veas sólamente frustración, que la aplaco con temporalidad, no veas aquí un ser vencido por la muerte, porque me agarro a la vida que yo vi, y deseaba conocer...

no veas aquí nada, ven y míramelo en los ojos

haz luego lo que tengas que hacer
que yo también lo haré.