No puedo sino esbozar una agria mueca en la cara. Abro mi bote de las esencias, pruebo el resultado y aparece, como si siempre hubiera estado allí, algo que no deja de perturbarme.
Me gustaría, poder decir,que la fortaleza lo inunda todo, pero no seamos necios. No podemos controlar nada de lo que nos pase. Si por mi fuera, daría media vuelta y recorrería de nuevo mis pasos, pero para qué. Si en alguna medida podemos ver, para aprender, qué más da, si chocamos de nuevo contra un muro. Hemos visto, hemos vivido lo que otros hicieron, y no podemos realizar otros movimientos que los suyos, como si fueramos un arco mimético, un sollozo en el campo. Algo que nadie escucha, aquello que no se puede ver, porque si lograramos alcanzar en algún momento lo que soñamos, qué sería de nosotros. A donde puedo migrar, si no es a la posición de los que llegaron antes que yo. Ellos, al igual que sus anteriores, tampoco descubrieron la pólvora, no, no lo hicieron, y no por falta de valor, que lo tenían, no por no escuchar, que oían, no por exculparse, porque era verdad lo que decían, no, nada de eso importaba en aquel instante en el que apagaron la vela, y decidieron que dormir, que ocultarse era la única alternativa digna de ser defendida.
Aqui, de madrugada, no postulemos. Pero, ¿no es cierto que me siento mejor?, qué, tal vez, si miro al chico que era ayer, diga, ahora ya soy un hombre, ya puedo defenderme, ya he conseguido mantenerme erguido a pesar de la tempestad de la vida.
Amigos míos, dejar de patalear. Ha llegado la hora de esquivar los golpes, de recibir los golpes, de arañar los golpes, de DAR LOS GOLPES.
Recordemos de nuevo a un gran personaje de la historia "PIENSO, LUEGO EXISTO", dejarme que ponga mi pequeña aportación a la memoria colectiva "NO ME BUSQUES, PORQUE YA ME HE ENCONTRADO"
un saludo desde áfrica.
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