Buscar este blog

lunes, 19 de abril de 2010

Un pase rápido, porque me voy....

Mi mente, lugar de sensaciones encontradas, en tantas y tantas ocasiones. Cuya necesidad de manifestarse varia según el tiempo, cambia según la hora, a veces, llega incluso a desaparecer para ahogarse en un vaso de agua. Otras, en cambio, no duda en aflorecer, como una enredadera, lo cubre todo, y estrangula a su árbol cautivo.

Camino rápido, ando en la consecución de algo mío, pero es no quita, que haya espacio para la penumbra de los pensamientos, para la risa de los que, otrora fueron mártires.

No quiero por ello cambiar. ¿Cambiar?. NUNCA. ¿A quién se le puede ocurrir semejante majadería. Yo soy lo que soy, y como decía aquel, "alguien tiene que serlo".

Las campanadas anuncian mi partida, he de salir, he de retomar mis obligaciones. Bajo el compás de la melodía, subterfugio de maldiciones, como Aquiles, que lo hicieron "casi" invulnerable, como Hércules Hijo de un dios "no menor", como el Barón rojo, como Pattón, como Atila, como Gengis Kanh, tan diestro con la mente como Cyrano con la espada, ¿o sería con la boca?.

Nunca se sabe, muchas veces, no quieres otra cosa que vaciar el contenido de lo que llena tu copa. ¿Qué había en la copa?. Muchas veces me lo pregunto.

No sabes a dónde ir, no puedes llegar a ningún sitio. Cómo puedo respirar este aire impuro si mis pulmones han dicho BASTA. No podré decir nunca "yo no lo sabía", a todo me enfrento con fuerza, con decisión, nada me echa para atrás, pero...

... a veces el miedo, o siempre el miedo, o..., como casi siempre el miedo, obstaculiza el camino de las decisiones, el paseo de las emociones. No se puede escalar esa montaña, sólamente con un pico y una cuerda.

Sin más, he de irme, o tal vez, ya me he ido, y ya sólo vivo del recuerdo.

y cómo siempre digo, ¿y tú qué opinas?.

Un saludo desde áfrica.

1 comentario:

Clo dijo...

Los pensamientos llenan nuestra cabeza. Van y vienen siguiendo los acordes caprichosos de una melodía que a día de hoy sigo sin conocer.
Muchas veces surge la necesidad de ponerlos en orden, o por lo menos plasmarlos en un lugar fuera de esta mente inquieta.
Cualquier momento puede ser adecuado para que las sensaciones, los pensamientos, las ideas...ocupen el centro de la escena. Pero es por la noche cuando, en compañía de la soledad, su voz y su presencia se hacen más fuertes. Únicamente el cansancio hace que me rinda por un breve intervalo de tiempo y que mi cabeza "guarde silencio".
Quizás seamos unos pocos los que tenemos la capacidad y la fascinación necesaria para contemplar la realidad desde otra óptica. Capacidad para ver las cosas que a muchos le pasan inadvertidas. Escuchar incluso lo que no se quiere decir.
En muchas ocasiones he pensado que no encuentro un lugar adecuado entre tanta gente vacía por dentro. Pero es esa misma gente la que ha hecho nacer en mí una sensación de rareza. Como si fuera la pieza que por su forma no encaja en el puzzle llamado sociedad.
Lo cierto es que no sé si la extraña soy yo o el entorno, pero no cambiaría mis reflexiones, mis sensaciones, mi personanidad por ser una pieza más de un puzzle social que muchas veces no tiene ni forma ni sentido.

PD: Misionero, no sé quién está peor de los dos, jijijiji.
Un beso enorme.