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sábado, 10 de julio de 2010

Silencio a la vuelta de la esquina

Nunca se puede decir con total seguridad, qué pasa con nuestros momentos de máxima intuición.
Algo así como una carta de navegación por el polo norte, con esas noches de 6 meses. Algunas personas deberían venir con dicha carta de navegación. Tratas con ellas, y uno puede llegar a chocar con un su iceberg del momento personal que están viviendo. Ellos, sólo muestran un 15% de algo, pero el resto, está por debajo de tu línea de flotación llamada "paciencia".

Ese 85% de mala hostia, de rabia, de paranoia, de maldad, de egoismo, de lo que sea, no lo ves venir, y ¡pufffff!, te pegas la "leche padre" contra ese proyecto de muro defensivo que algunos se crean o lo arman para defenderse, o lo arman para atacar, o para lo que sea.

Ese Polo Norte de su carácter, de su capacidad para ser ellos mismos, y mantener, en cierta manera, un clima adecuado para las relaciones personales, sería un agradable viaje, si en realidad, con la famosa y consabida "carta de navegación", si la poseyeras, claro, que obviamente no posees, porque para ello tendrían que ellos haberla creado antes, y luego tener el honor de ser uno de los afortunados depositarios de la misma. Porque tú puedes arriesgarte a aceptar el viaje, pero allá tú si te atreves a hacerlo sin "carta".

Bueno, navegando por mares desconocidos, helados, fríos, con "icebergs psicológicos" por todos lados, ¿quién ma mandaría a mi?.

No puedo negar cierta atracción por el Polo Norte emocional de ciertas personas. Al igual que una brújula apunto, sin lugar a dudas, a dichas zonas.

Pero admitamos, está en nuestra mano :

1º Girar en redondo.
2º No aceptar viajes arriesgados sin previamente nos pasen la "carta de navegación"

No supongo nada ante este tipo de situaciones suficientemente comentadas, ampliamente registradas, y que como siempre, aparcamos el coche donde pone "No aparcar". Luego no protestes, si aparece la grúa, la multa y el poli de mala leche.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras a alguno la felicidad les llega gratis

A otros que lo merecen pagan con lágrimas negras los ratos tranquilos

Mientras a muchos las estrellas se las regalan

A otros sin merecerlo, se las tiran encima para hundirlos en la miseria

Mientras muchos nacen con el pan y el amor debajo del brazo, exigiendo lo todo

Otros nacen sin manos que lo abracen y mezan en la paz que da el cariño


Mientras muchos cuantos se empeñan en destrozar el mundo porque nacen sanos

Otros cuantos muy enfermos, entre lágrimas luchan por pasar las tardes con sonrisas


Mientras otros con afán de ganadores no han ganado más que poder vacío

Otros tienen la inteligencia de mirarles directo al corazón y los hacen pequeñitos

Mundo desigual, nunca te comprenderé.

Qué hartazgo de tanta diferencia. Qué impotencia al ver que los que lo merecen no tienen, y los que tienen no lo merecen.



mina.

Clo dijo...

Mina, es un placer compartir las cosas que escribes, no dejes de hacerlo.

Un saludo.