Algunas situaciones provocan esa pregunta. ¿Ha llegado el momento de la despedida?. Nunca se debe confundir asunción con derrota, conocimiento con consentimiento, o aprensión con miedo. Hablar y compartir, no es sinónimo de despedida, aunque pueda parecer necesario hacerlo, no vaya a ser que me quede algo en el tintero.
Allí, cerca, muy consciente del lugar dónde me encontraba, busqué una pista de qué pasa en esos momentos. Nunca me pareció interesante gastar energía en elucubrar. Preferí preguntarte directamente. No lo hice con palabras, simplemente te miré. Todo me fue revelado.
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