Con cada palabra parecía que mi asiento se hacía más incómodo.
Hubo un momento en el que el silencio lo envolvió todo.
Una vez más escucho, planteo las dudas que surgen, guardo en mi memoria el plan a seguir y con una sonrisa me despido.
Tras cruzar la puerta camino sin ser muy consciente del rumbo de mis pasos.
Mi mente desorientada.
Mi ánimo se torna en tonos grises.
Mi alma sangra lentamente. Una nueva herida es el motivo.
Un olor hace que levante la mirada, ahí está: el mar, con ese olor tan familiar.
Por unos instantes contemplo su fuerza al romper contra las rocas.
La misma fuerza con la que los acontecimientos se cuelan en mi vida, una y otra vez.
Sensaciones intensas.
Un largo y complicado camino recorrido.
Un largo y tortuoso camino el que queda por recorrer.
¿Porqué recorrerlo?
Por ver el cielo azul; por disfrutar del mar; por leer aquellos libros que me faltan; por disfrutar de aquellas cosas maravillosas que están por venir; por beber en buena compañía un capuchino con caramelo; por el color de las flores; por sonreír junto a las personas que quiero; por disfrutar de TUS abrazos; por seguir enriqueciéndome con las conversaciones; por seguir aprendiendo cada día; por deleitarme con el helado de chocolate... y por otras muchas cosas.
Un abrazo para todos con mucha energía positiva
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