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lunes, 23 de marzo de 2015

¿Qué es lo qué somos?....

Estamos prestos para la batalla. ¿Seguro?. No me puedo creer muchas de las cosas que van sucediendo a mi alrededor. Como si fueras actores secundarios de una peli mala de sobremesa de domingo. Estamos tan entretenidos en no sentir nada, en que todo pase lo más tenue, ligth y gris posible, que cuando respondemos, decimos que la vida es gris, ni blanca ni negra. Aunque sólo es una justificación para no posicionarnos en nada en absoluto. Me gustaría estar más pendiente de alguna iniciativa, al final quisiera saber si están dispuestos a combatir. ¿Quiénes somos realmente?... Por lo visto, todos presumen de ser diferentes, de tener personalidad propia, comentan que ellos no se parecen a nadie, que cada uno es diferente. Entonces, ¿por qué hay tantos parecidos?, tantos grupos con miembros afines, tanta necesidad de pertenecer a la tribu de turno. Es como si años de evolución, unos 5000 desde que dejamos las tribus atrás para asentarnos en poblaciones estructuradas, no hubieran servido para nada. Tal vez, porque si hace 200.000 estábamos en manadas o tribus, 5000 años no son nada para crear un cambio. Tal vez, hagan falta otros 200.000 para que desaparezcan esos rastros estúpidos de pertenecer a algo más que a nosotros mismos. Entiendo la necesidad de agruparse para un bien común, para obtener algo que por uno mismo no hubiera sido posible llegar a ello. Pero, ...., qué hay de apasionante en agruparse para sentirte parte de algo, como si el proyecto como individuo fuera poco o nada para las personas..... No encuentro beneficio en esa necesidad. Así están muchos, dependientes, porque como no obtienen satisfacción de sí mismos, están a la caza y captura de sensaciones fuera. Hoy, una vez más, con ese dichoso enfrentamiento de fútbol, esa mierda usada para que los necesitados tribales acudan con su manada a sus respectivos puntos de reunión, iban contentos por sentirse integrados. El resultado del enfrentamiento es lo de menos. ¿Total?... qué importa, no deja de ser como un cigarrillo encendido que cuando se termina ya estás pensando en el siguiente. Adictos. Eso es lo que nos encontramos en nuestra sociedad. Adictos al grupo, adictos a la integración en algo, lo que sea, y qué hay más fácil, sencillo y aglutinador que los colores de un equipo de fútbol. No en vano, no es necesario, ni estudios, ni cultura, ni pensamiento crítico, ni se necesita ninguna habilidad especial, salvo la de vaciar el cerebelo durante 90 minutos y un par de semanas de comportamiento exacerbado... Lo mejor de todo, es la sensación al verlos sufrir o disfrutar durante el encuentro. Meten tanta energía y pasión en algo que ni les va ni les viene, no ganan nada, no les beneficia en nada, pero la actividad es lo de menos, lo mejor es estar junto a otros iguales a ellos. ¿y tú qué opinas?. De nuevo, un saludo desde áfrica.

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