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jueves, 24 de noviembre de 2016

Y la banda sigue tocando, golpe tras golpe, ....



Aun puedo recordar el sonido de la amabilidad, del cariño, de la cercanía. Aquellos momentos en los que yo era protagonista de historias que rondaban emociones calientes, veraniegas.

Aun puedo recordar dónde estaba yo en cada uno de esos momentos. ¿Afortunada?. Puede ser. Creo que todo el mundo se merece estas sensaciones. No es justo verlo que como que quien lo posee es afortunado, simplemente debería ser así, como que la noche precede al día.

¿Hoy?, ¿Ahora?...no hay llamadas, no hay palabras, no hay cercanía, ¿Adonde se ha ido todo?

Me imagino, no puedo negar, que mi mente viaja sóla, que todo puede ser momentaneo, que son cosas que pasan, pero.... hoy no lo veo de esta manera. Hay una gran losa encima de mi espíritu. Hay una nube, negra, oscura, que no deja de tronar sobre mi. Estoy harta, mejor dicho, HARTA.

¿Te queda claro?.... ¿O te lo repito en varios idiomas?

¿Dónde está la lealtad?
¿Dónde está la compañía?, ¿La que tira de ti, cuando tú no puedes hacerlo?....

Es verdad, qué ilusa soy. Creía que esa gente era de verdad, decía cosas sinceras, sus palabras tenían algún significado para ambos. No puedo evitar sentir este nuevo golpe como si fuera el primero.

Dolor, puro y duro, bañado en desdén, en manifiesta dejadez. Me pregunto, ¿alguna vez ha habido algo?.

Parezco un material de un solo uso, algo que puede venirte bien en un momento dado, algo que puedes dejar de lado cuando ya he dejado de tener utilidad. Así es imposible evitar la quemazón del trato con las personas.

Y una, y otra, y la de más allá. Las miro y veo los mismos patrones, la misma maquinaria propagandística que aturde con mensajes de amor y comprensión. Al final, sólo interesados, sólo cercanos para atrapar. Ya te tienen, parece que eres lo mejor, para luego apartarte de un manotazo. Esto en el mejor de los casos, porque a veces, el silencio es su despedida. Ni clamando por una explicación, por una palabra que indique que les ha llevado a ser tan malvados.



Pienso en tener paz. En abandonarme a la idea de que algún ente me ha endilgado una maldición, que por alguna estúpida y mística causa atraigo a mi vera vampiros, zombies emocionales y mentales que llegado el momento, clavan sus dientes sobre mi  hasta dejarme casi desangrada.

¿Existirá repelente para estos malnacidos y malnacidas?

Bueno.

¿y ahora qué?.....


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