Podríamos estar horas hablando, dejando pasar las horas, con éste o aquel tema. Nada hacía presagiar que algún día no habría más conversaciones. No tendría la oportunidad de divagar a tu lado, de morar cerca de tu persona, de conocer un poco más de ti, si no es que ya lo conocíamos todo el uno del otro. Nunca pude pensar en qué me deparaba el futuro. De repente todo me es arrebatado, y quedo, desolado, mirando hacia otro lado. Si vuelvo a mirar hacia a aquel momento, el dolor, la pena, la rabia, la angustia, la ansiedad, todo se vuelve contra mí.
No quiero estar así, no me gusta pensar que para que esto se pase he de olvidarte, aunque sólo sea un poquito, porque no quiero perderte, aun cuando ya te he perdido.
Día a día, sigo tirando, luchando, y recordando que ya no estás por aquí.
Sin duda, me toca pasar por ello, y a ver dónde lo encajo todo. Por ahora, sólo me queda encontrarte en mis sueños, un lugar, dónde todo es posible, lo bueno, lo malo y lo mejor.
Nos vemos en un rato...
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