Viajaba por esa vía de un solo sentido que es la vida. Disfrutando de esos acontecimientos que deberían no dejar poso, simplemente vivirlos, disfrutarlo y listo. Pero no. Vamos a seguir masticando una y otra vez, al igual que vacas pastando, todos esos recuerdos, buenos y no tan buenos.
Presumo siempre de saber guardar las cosas en su sitio. Dónde la tortura, hasta cierto punto, resulta hasta estimulante, ya que no hay nada más vertiginoso que recordar tan vivamente que parece que sigues allí. Pero de ahí a sufrir sin sentido es eso, un sinsentido.....
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