Nunca llamaré a esa puerta. Ahí, delante de mi, especula con mi sentencia. No libro esas
batallas. No derramaré lágrimas por fantoches engreídos. Los aparto, me alejo, y les arrebato
su poder. Nada quedará del ayer en mi mente. No soy un héroe. Sólo así se vivir.
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