Ante todo, no conviene, nunca, hablar en caliente. Seguramente siempre se dirán cosas que no se deberían, que sólo son arrebatos poco controlados. Realmente no te sentirás tan fuera de lugar como unos minutos más tardes, cuando sientes que todo ha pasado y que total, para qué se dijeron todas aquellas cosas.
El frío ha llegado ya a la mente. A pesar de dicha situación, continúan los ecos en el transfondo de todos los momentos que nos rodean.
No puedo hacer otra cosa que acallarlos, para no sentirme más perdido de lo que ya me encuentro. ¿Hacia dónde caminan mis pasos?, ¿es esto una realidad imperecedera?, ¿podrá algún día serme irrelevante?.
Ante todo, dos palabras con las que comenzaba estas lineas, admito mi cansancio, mi lento pesar, mi avanzado estado de descomposición, afloran ideas de derrota, de falta de seguridad, de intranquilidad, de ...
Entiendo que llegan las horas de actuar, de ponerse en camino, de dejar de divagar...
El cansancio físico tambien está llamando a mi puerta, por ahora, en este mismo momento, lo único que puedo hacer es refugiarme bajo las sábanas, como un niño pequeño tras una mala visión nocturna......
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