Algún día miraré pará atrás, en el tiempo, en mi propia historia personal. Recordaré como el cansancio, y el abatimiento se cernían sobre mi cuerpo y mi mente amenazadores, con idea de rematar la ya fragil línea de cordura que me quedaba.
Allí, tirado, a punto de ser objeto de la furia más extravagante, me deleitaba con mi propia honestidad y pocas ganas de resitirme a, una vez más, expresar las cosas que llevo dentro. Esa curiosa necesidad, mezcla de ardor en el estómago y una parte de mala conciencia, que me impide dejar de explicar lo que llevo dentro.
Convertido mi papel en mero actor de reparto de mi propia realidad, como si me fuera imposible sacarme de ese papel encasillado de extra que se tira al precipicio cuando las cosas, ideas, o sensaciones, aparecen en el interior de mi vida. Sumido por enermes pesos muertos, losas que hace tiempo pude haber retirado, cuando sólo eran unas 400, pero ya, años de probar mi fuerza, ya son 400000000000000000.
¿Ya no se puede?....
No diría tal cosa. Otra de mis "virtudes". Rendirme nunca ha sido mi especialidad, incluso a la evidencia... Empiezo este día con profundidades obtusas, caminos desconchados, ya conocidos, ya saboreados. Hasta cierto punto marginales, sino fuera por ser recorridos a diario. Yo, cómo único participante de esta historia, alargo mi mano buscando la llave de la luz. Quiero iluminar un nuevo trazado.
No lo dudes. Allí estaré.
Me parece muy curioso, poder, querer, más bien, transmitir una vez más el poso de todos esos momentos.
En un futuro, cuando mire hacia estos instantes, podré decir, y en voz alta, CUÁNTA RAZÓN TENÍAS....
un saludo desde áfrica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario