Revisando los acontecimientos. Tienes una de esas perspectivas de que todo está saliendo como tiene que salir. No es que haya un plan previo, nadie pensó en ello con anterioridad, simplemente es que te fundas con lo que surge. Y tienes una de esas sensaciones tan agradables. Es como estar acostado en un sofá, a gusto, con ganas de dormir la siesta y, lo mejor de todo, tienes el tiempo necesario para ello.
Allí estaba yo. En ese punto o instante. Recorría los pasos siguientes, y como por arte de magia, un pasado, siempre recordado, me iba indicando el camino. Escuchaba sonidos precisos, no había ninguna duda, ya me eran familiares.
Hace poco, en una conversación, se mencionaban las fallas y traiciones de otros. Como siempre, escucho atento, es una situación muy familiar, otro ser humano, invierte tiempo en compartir conmigo sus dolorosas vivencias. Allí, yo realizo la misión de aportar comodidad, calma, cercanía.
Tú decidiste seguir siendo como eres. No es que la vida lo ponga sencillo. No es que los demás lo favorezcan. Es, sencillamente, una decisión personal. En cualquier momento puedes cambiar de idea.
Yo, por el momento, una vez más, no quise cambiar de idea. Quiero seguir siendo yo. Y ser para mí mismo, ese lugar cálido, tranquilo, que me da calma, que me recuerda siempre, que puedo apostar por mí.
Sigue tu camino....
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