Aquí, oyendo música de Thomas newman, embuido en mis pensamientos, adorando sensaciones pasadas, chafado con "tanta" materia que tratar, aturdido ante el futuro. ¿Preocupado?.
Curiosamente, no. No estoy preocupado.
Tras una breve interrupción continuamos adelante. Seguimos el camino hacia esa vida tranquila y añorada por todos, casi todos. Nadie puede escapar a esa realidad, ya que todos dormimos y cuando dormimos queremos sentirnos libres de cargas, de pasiones, sólamente reposar el cuerpo y si se puede, el alma.
A más no poder, me han hablado de que el estrés domina nuestros actos. Qué sin la debida tensión no somos nada, que nos encanta, o más bien dependemos de ese estrés para poder salir adelante.
Bienaventurados los que viven sin estrés. Pero me temo que habrá que recurrir a los monjes tibetanos y sus ¡GONG!!!!!!!!, famosos.
Divago a más no poder, mi mente brujulea en mi interior, apoderándose o sustrayendo cada ápice de recuerdo, de sentimiento, de sensanción, y las lleva a mis dedos para que cuando teclee, se pase de una cosa a otra sin el consentimiento de la razón.
Tras una nueva interrupción, hoy el teléfono no para de sonar, mi mente se repliega, creyendo que ya no será necesaria ninguna actuación a posteriori. Pobre ingenua.
...bueno, pues va a ser que sí. La pausa definitiva. Al final, siempre gana la razón.
un saludo desde áfrica.
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