Una vez más comparto con vosotros uno de los apuntes realizados por Daniel Martín en el periódico Estrella Digital.
Y cómo siempre digo, ¿y tú qué opinas?
Spain is different... respecto a los países de su entorno, nunca respecto a sí misma. Leer obras de autores españoles de hace uno o cuatro siglos consigue un efecto parcialmente reparador: muchos de los problemas siguen siendo los de siempre, pero por lo menos ahora la enorme de mayoría de españoles tiene algo que llevarse a la boca. De momento. Sin embargo, España sigue siendo ese país de charanga y pandereta, un lugar donde domina la abulia, que se va suicidando lentamente y que apenas ha aprendido a europeizarse. Y eso sólo "sisando" algunas expresiones de los presuntos miembros de la nunca existente generación del 98.
A pesar de lo afirmado, hay dos cosas que sí han cambiado enormemente y que motivan el título de este artículo. Dos asuntos indisolublemente unidos y que acrecientan cada uno de nuestros innumerables problemas:
- El primero es nuestro gusto por los fuegos de artificio. Estamos atravesando una seria crisis cuya conclusión es difícilmente situable y cuyos últimos efectos, siempre catastróficos, son de imposible previsión concreta. Aun así estamos anclados en los detalles accesorios que, voluntariamente o no, nuestros políticos y medios de comunicación ponen delante de nuestros ojos. Así, en esta última semana se ha hablado más de si nuestro caso se parece al de Grecia que de la auténtica gravedad de las respectivas situaciones del paro, el déficit público y la insostenible realidad de nuestro sistemas de pensiones, funcionariado, autonomías, subvenciones y demás prebendas con cargo al presupuesto.
La situación es gravísima, pero nadie mueve un dedo para meter mano al asunto con seriedad y profundidad. Hasta tal punto llega la desfachatez de los prebostes nacionales que, por poner dos ejemplos, el propio presidente del Gobierno anuncia una medida que aumenta el gasto público una semana después de haber prometido que iba a reducirse el déficit, y el jefe de la oposición afirma tener las soluciones a todos nuestros problemas pero que sólo las hará públicas cuando alcance el poder. ¿No se dan cuenta de que "ya mismo" comienza a ser demasiado tarde?
- El otro gran cambio que España ha experimentado en las últimas décadas es la desaparición casi por completo de una pléyade de intelectuales que sepan y se atrevan a criticar el status quo para destapar nuestras vergüenzas e intentar hacer reaccionar a un público que, de todas maneras, nunca ha sabido reaccionar y siempre se ha limitado a seguir al bando ganador. ¿Dónde existe un Unamuno que se atreva a enfrentarse, desde el prestigio cultural, académico y social, a los que gobiernan tan mal la nave nacional? ¿Dónde hay un Madariaga que se atreva a analizar los problemas de España? ¿Y un Baroja que, mediante sus novelas, nos retrate desnudando nuestras miserias materiales y morales?
Que no existan éstos implica que aquello vaya a continuar. España, como hace siglos, sigue afectada por la venalidad, las sinecuras, el nepotismo, las oligarquías caciquiles, la corrupción en todos los niveles de la existencia individual y social... pero no hay nadie que diga nada, mucho menos gente que se atreva a mover un dedo.
La situación es gravísima. Y ya no es cuestión de que nuestro sistema no sea ni democrático ni representativo, que lo autonómico esté derrochando nuestros recursos, de que no exista un mínimo sentido de lo nacional o, cuando menos, de lo cívico. Ahora es cuestión de no perder una situación de bienestar material que nos permite vivir con bastante desahogo. Ya es demasiado tarde para arreglar los muchos desperfectos, pero nunca lo es para reaccionar e intentar arreglar los bajos de la nave. Que nadie haga nada serio, que nadie lo denuncie, es motivo para sentir vergüenza ajena. España ya no duele como antes. Ahora, además, da ganas de vomitar.
Enlace Original en el periódico Estrella Digital
WWW.MENTESAJENAS.ES
Oscuro, es el camino que tienen que recorrer los individuos con mentes ajenas.
Quisiera que estas mentes, vieran en "Mentes Ajenas", una parada en ese camino,
un alto, donde poder apaciguar la sensación de soledad, la sensación de no poder
compartir con la gente sus ideas, sus temores, sus ideales, por ser tachados de "raros,
locos, o cosas peores". Bienvenidos, una mente ajena os saluda.
Buscar este blog
viernes, 12 de febrero de 2010
jueves, 11 de febrero de 2010
El precio de la sinceridad...
Nunca sabremos si hubiera sido mejor no hacer algo, no decir algo, bueno en definitiva, una vez que tomamos un camino, los otros, las alternativas, ahí se han quedado, da igual que nos demos de cabezadas, nunca más volverán.
Con la sinceridad pasa algo similar. He oído decir que hay un momento para todo, incluso un momento para comentar lo que llevas dentro. El momento exacto en el que tu interlocutor está realmente abierto y se muestra particularmente comprensivo, y todo lo que tú dices es recogido de la mejor manera posible.
Esa manera, la mejor, digamos, por el éxito y provecho que se obtiene de esa sinceridad.
En muchas ocasiones sólo tendremos un único premio. El beneficio de sentirse bien con uno mismo, el haber hecho lo correcto, el haber sido sincero, eso será nuestro premio.
Claro está, las consecuencias, casi todas ellas no van a ser tan agradables, y terminarás perdiendo aquello que creías tener. El apego está prohibido, decían los Jedi en la Guerra de las Galaxias, pero que pena da, ver que las personas que te interesan, que no querrías que desaparecieran de tu vida, se van a convertir en un recuerdo, en dos segundos pasan de muy cercanas a convertirse en un momento más de tu vida.
No parece tan productiva la sinceridad como debiera. Yo sigo encontrándome con que es la base de cualquier relación, la creación de confianza, pero claro, muchas veces, es la causa de la ruptura de los puentes que había creados.
A cada orilla nos quedamos, mirando, damos media vuelta, y nos alejamos. Allí, vuelvo, a mi mundo, a veces pensando ¿quién ma mandaría ser sincero?.
Muchas veces la respuesta consiste en echarle la culpa a otra persona, en mi caso, a mi madre....GRACIAS MADRE.
Con la sinceridad pasa algo similar. He oído decir que hay un momento para todo, incluso un momento para comentar lo que llevas dentro. El momento exacto en el que tu interlocutor está realmente abierto y se muestra particularmente comprensivo, y todo lo que tú dices es recogido de la mejor manera posible.
Esa manera, la mejor, digamos, por el éxito y provecho que se obtiene de esa sinceridad.
En muchas ocasiones sólo tendremos un único premio. El beneficio de sentirse bien con uno mismo, el haber hecho lo correcto, el haber sido sincero, eso será nuestro premio.
Claro está, las consecuencias, casi todas ellas no van a ser tan agradables, y terminarás perdiendo aquello que creías tener. El apego está prohibido, decían los Jedi en la Guerra de las Galaxias, pero que pena da, ver que las personas que te interesan, que no querrías que desaparecieran de tu vida, se van a convertir en un recuerdo, en dos segundos pasan de muy cercanas a convertirse en un momento más de tu vida.
No parece tan productiva la sinceridad como debiera. Yo sigo encontrándome con que es la base de cualquier relación, la creación de confianza, pero claro, muchas veces, es la causa de la ruptura de los puentes que había creados.
A cada orilla nos quedamos, mirando, damos media vuelta, y nos alejamos. Allí, vuelvo, a mi mundo, a veces pensando ¿quién ma mandaría ser sincero?.
Muchas veces la respuesta consiste en echarle la culpa a otra persona, en mi caso, a mi madre....GRACIAS MADRE.
miércoles, 3 de febrero de 2010
Atrévete.Cambia....
Gracias a Clo por la recomendación.
Aquí la comparto con todos vosotros.
No hay narrador, no hay diálogos, no existe otro sonido que el de la música clásica reflejando el espíritu.
Atravéte. Cambia....
¿y tú qué opinas?.
Un saludo desde África.
Aquí la comparto con todos vosotros.
No hay narrador, no hay diálogos, no existe otro sonido que el de la música clásica reflejando el espíritu.
Atravéte. Cambia....
¿y tú qué opinas?.
Un saludo desde África.
Etiquetas:
Personas,
Psicologia,
recomendaciones,
Videos,
Youtube
martes, 2 de febrero de 2010
Copiar y Pegar - Invictus
Aquí recojo la opinión de Daniel Martin sobre la película INVICTUS
Recuerdo bien la final del Mundial de Rugby de 1995. Nueva Zelanda era la gran favorita frente a la anfitriona, Sudáfrica. Los africanos plantearon un partido duro, físico, sucio, y contuvieron la mayor calidad técnica de los All Blacks. No hubo ni un solo ensayo. Sí una prórroga. El partido fue feo, pero la emoción del resultado mantuvo el interés hasta el final. Sudáfrica venció para tristeza y decepción de la mayoría de los aficionados al rugby. Recuerdo también que aquella selección sudafricana me caía mal.
Llega ahora Clint Eastwood con su filme Invictus y consigue cambiar las tornas. Ves la película y terminas deseando que Sudáfrica venza a Nueva Zelanda. Está tan bien rodada que incluso temes que se cambie el resultado real por otro inventado. Pura tensión dramática. Y, cuando vencen los Springboks, casi saltas del asiento. Muchos críticos han dicho que esta película es demasiado hollywoodiense, que su final respeta demasiado los cánones del final heroico y feliz. Olvidan que en este caso se trata de una historia real, que David venció a Goliath en una final que ahora sí es memorable.
Invictus, no obstante, va más allá de ese partido. Recrea los intentos del presidente Nelson Mandela de usar la selección nacional de rubgy -un deporte que entonces era considerado de blancos, odiado por los negros, tan cerca aún el apartheid- para crear un sentido de unión nacional, de acercar dos razas, dos culturas, dos viejas sociedades enfrentadas para construir una sola nación.
En ese sentido, el filme de Clint Eastwood se acerca a la hagiografía. Morgan Freeman encarna magistralmente a un Mandela que tiene mucho de taumaturgo. Apenas hay sombras en este filme. No entran aquí, por ejemplo, las historias de J. M. Coetzee, porque el guión, basado en un libro de John Carlin, se centra en cómo Mandela se enfrentó a su propio partido para aprovechar que el Mundial de rugby se celebraba en su país -después de años de haber estado apartados de las competiciones deportivas internacionales- para dar una buena imagen al exterior y conseguir una auténtica unificación nacional. Y el filme homenajea esta hazaña, aparentemente menor en la abultada y casi siempre heroica biografía de Nelson Mandela.
El arte puede hacer estas cosas. Aunque se critique. Después de todo, el leit motif de Invictus es el poema homónimo de William Ernest Henley, cuyos versos cantan a la superación personal, al triunfo del individuo sobre la circunstancias. Algo que quizás no vaya con estos tiempos gélidos y enemigos de las hazañas, pero que en una pantalla consigue emocionarte.
Invictus no es la mejor película de Clint Eastwood, algo normal en la carrera del director de joyas inigualables como Sin perdón, Los puentes de Madison, Mystic River, Million Dollar Baby y Gran Torino. Las películas cuyo final conoces suelen perder interés. Pero Eastwood vuelve a poner al servicio del guión -no por encima de él- para encadenar una serie de secuencias que llegan al corazón, que consiguen ponerte el alma en un puño. Como es lógico, la peli es sensiblera, pero resulta maravilloso ver cómo este genio ha conseguido que, cuando se escucha el himno nacional africano antes de la final, uno se sienta tan maravillado como cuando escucha La Marsellesa en Casablanca. Un logro al alcance de muy pocos.
A pesar de no ser una película perfecta por su propia esencia -las biografías pierden siempre algo de dramatismo frente a la auténtica ficción- demuestra una vez más que Clint Eastwood es el mejor director del último cuarto de siglo, el único capaz de situarse a la altura de los grandes de la época dorada de Hollywood. Su caligrafía es siempre deslumbrante, el dominio de todos los elementos cinematográficos, excelso, su capacidad para contar manteniendo su figura en un segundo plano, encomiable. Alguien que consigue que un fan de los All Blacks desee que pierda su equipo es, sin duda, un genio.
P.S.: Melson Mandela usó al equipo de los Springboks como herramienta de cohesión nacional. Consiguió que un deporte denostado por la población negra y una selección hasta entonces símbolo del apartheid fuera la representación de más de cuarenta millones de personas hasta entonces divididas en dos grupos enfrentados. ¿No recuerda esto bastante a la capacidad de representación de las selecciones de España, en especial la de baloncesto y la de fútbol? A veces el deporte consigue unir más que banderas, himnos y demás símbolos. Claro que Sudáfrica se va convirtiendo en una nación floreciente que va superando sus viejos fantasmas y España sigue en ese camino autodestructivo donde son más importantes los caprichos que nos separan que los cimientos sobre los que nos convertimos en nación.
Opinión sacada del periódico Estrella Digital
Recuerdo bien la final del Mundial de Rugby de 1995. Nueva Zelanda era la gran favorita frente a la anfitriona, Sudáfrica. Los africanos plantearon un partido duro, físico, sucio, y contuvieron la mayor calidad técnica de los All Blacks. No hubo ni un solo ensayo. Sí una prórroga. El partido fue feo, pero la emoción del resultado mantuvo el interés hasta el final. Sudáfrica venció para tristeza y decepción de la mayoría de los aficionados al rugby. Recuerdo también que aquella selección sudafricana me caía mal.
Llega ahora Clint Eastwood con su filme Invictus y consigue cambiar las tornas. Ves la película y terminas deseando que Sudáfrica venza a Nueva Zelanda. Está tan bien rodada que incluso temes que se cambie el resultado real por otro inventado. Pura tensión dramática. Y, cuando vencen los Springboks, casi saltas del asiento. Muchos críticos han dicho que esta película es demasiado hollywoodiense, que su final respeta demasiado los cánones del final heroico y feliz. Olvidan que en este caso se trata de una historia real, que David venció a Goliath en una final que ahora sí es memorable.
Invictus, no obstante, va más allá de ese partido. Recrea los intentos del presidente Nelson Mandela de usar la selección nacional de rubgy -un deporte que entonces era considerado de blancos, odiado por los negros, tan cerca aún el apartheid- para crear un sentido de unión nacional, de acercar dos razas, dos culturas, dos viejas sociedades enfrentadas para construir una sola nación.
En ese sentido, el filme de Clint Eastwood se acerca a la hagiografía. Morgan Freeman encarna magistralmente a un Mandela que tiene mucho de taumaturgo. Apenas hay sombras en este filme. No entran aquí, por ejemplo, las historias de J. M. Coetzee, porque el guión, basado en un libro de John Carlin, se centra en cómo Mandela se enfrentó a su propio partido para aprovechar que el Mundial de rugby se celebraba en su país -después de años de haber estado apartados de las competiciones deportivas internacionales- para dar una buena imagen al exterior y conseguir una auténtica unificación nacional. Y el filme homenajea esta hazaña, aparentemente menor en la abultada y casi siempre heroica biografía de Nelson Mandela.
El arte puede hacer estas cosas. Aunque se critique. Después de todo, el leit motif de Invictus es el poema homónimo de William Ernest Henley, cuyos versos cantan a la superación personal, al triunfo del individuo sobre la circunstancias. Algo que quizás no vaya con estos tiempos gélidos y enemigos de las hazañas, pero que en una pantalla consigue emocionarte.
Invictus no es la mejor película de Clint Eastwood, algo normal en la carrera del director de joyas inigualables como Sin perdón, Los puentes de Madison, Mystic River, Million Dollar Baby y Gran Torino. Las películas cuyo final conoces suelen perder interés. Pero Eastwood vuelve a poner al servicio del guión -no por encima de él- para encadenar una serie de secuencias que llegan al corazón, que consiguen ponerte el alma en un puño. Como es lógico, la peli es sensiblera, pero resulta maravilloso ver cómo este genio ha conseguido que, cuando se escucha el himno nacional africano antes de la final, uno se sienta tan maravillado como cuando escucha La Marsellesa en Casablanca. Un logro al alcance de muy pocos.
A pesar de no ser una película perfecta por su propia esencia -las biografías pierden siempre algo de dramatismo frente a la auténtica ficción- demuestra una vez más que Clint Eastwood es el mejor director del último cuarto de siglo, el único capaz de situarse a la altura de los grandes de la época dorada de Hollywood. Su caligrafía es siempre deslumbrante, el dominio de todos los elementos cinematográficos, excelso, su capacidad para contar manteniendo su figura en un segundo plano, encomiable. Alguien que consigue que un fan de los All Blacks desee que pierda su equipo es, sin duda, un genio.
P.S.: Melson Mandela usó al equipo de los Springboks como herramienta de cohesión nacional. Consiguió que un deporte denostado por la población negra y una selección hasta entonces símbolo del apartheid fuera la representación de más de cuarenta millones de personas hasta entonces divididas en dos grupos enfrentados. ¿No recuerda esto bastante a la capacidad de representación de las selecciones de España, en especial la de baloncesto y la de fútbol? A veces el deporte consigue unir más que banderas, himnos y demás símbolos. Claro que Sudáfrica se va convirtiendo en una nación floreciente que va superando sus viejos fantasmas y España sigue en ese camino autodestructivo donde son más importantes los caprichos que nos separan que los cimientos sobre los que nos convertimos en nación.
Opinión sacada del periódico Estrella Digital
Etiquetas:
Cine,
Copia-Pega,
Daniel Martin,
Estrella Digital,
Opiniones
La hora de la cita...
Oh, compañera, ¿Por qué acudiste hoy a nuestra cita?,
¿qué te ha llevado a recordar nuestro acuerdo precisamente hoy?
Todavía no me he despedido de la gente a la que quiero.
Aun no he podido ver aquellos países que quería visitar.
No he conseguido recordar aquellos compromisos que no he cumplido.
No tengo toda la información sobre mi vida y mis cosas
No he visto aquellas películas que siempre quise ver.
Si te hubieras olvidado, aun podría levantarme mañana y saludar
Podría alcanzar aquellas metas que me propuse
Sabría que decir en las reuniones de amigos
Conocería otros idiomas, para poder comunicarme mejor
Déjame al menos decirles a todos que el cambio no es para mal
Que de todo esto siempre sale algo bueno
Vuelvo con los míos.
Permíteme dejar el espíritu de las personas que me quieren, libres de dolor
Libres de angustia, Libres de desconocimiento.
Estaré bien, estaré tranquilo.
Todo está bien, lo sé.
Es hora de acudir a mi cita. Estoy preparado.
¿qué te ha llevado a recordar nuestro acuerdo precisamente hoy?
Todavía no me he despedido de la gente a la que quiero.
Aun no he podido ver aquellos países que quería visitar.
No he conseguido recordar aquellos compromisos que no he cumplido.
No tengo toda la información sobre mi vida y mis cosas
No he visto aquellas películas que siempre quise ver.
Si te hubieras olvidado, aun podría levantarme mañana y saludar
Podría alcanzar aquellas metas que me propuse
Sabría que decir en las reuniones de amigos
Conocería otros idiomas, para poder comunicarme mejor
Déjame al menos decirles a todos que el cambio no es para mal
Que de todo esto siempre sale algo bueno
Vuelvo con los míos.
Permíteme dejar el espíritu de las personas que me quieren, libres de dolor
Libres de angustia, Libres de desconocimiento.
Estaré bien, estaré tranquilo.
Todo está bien, lo sé.
Es hora de acudir a mi cita. Estoy preparado.
lunes, 25 de enero de 2010
Lo que pensamos, pero no decimos...
Alguna vez comentaré esta película en la sección pertinente. De todas formas, no por ello, si hoy ha pasado delante de mi, me gustaría adelantar un trozo, que como siempre me hace recordar que podría ser un lema para Mentes Ajenas
Cada cuál puede elegir el camino que quiera, pero antes o después, las frases aquí contenidas, nos harán llegar al mismo camino.
Se que tengo ésto un poco abandonado. Volveré.
Un saludo desde áfrica.
Cada cuál puede elegir el camino que quiera, pero antes o después, las frases aquí contenidas, nos harán llegar al mismo camino.
Se que tengo ésto un poco abandonado. Volveré.
Un saludo desde áfrica.
Etiquetas:
Algunas pelis y pico...,
Blogs,
Cine,
Opiniones,
Personal
viernes, 15 de enero de 2010
...a la puerta
Mientras configuras un hardware puede que te venga la inspiración. Puede que quieras comunicar algo, pero no puedes, no debes.
Ni se te ocurre protestar, divagar, o dejar volar tu imaginación. Cuando llega ese momento donde el juicio se nubla, donde miras hacia delante, y dices, ¿dónde estoy?, esto es delante, esto es detrás, esto, esto, o aquello.
Siguen las líneas de progreso buscándose así mismas, llamando a todas las puertas, en todos aquellos lugares donde soy conocido...
...lo siento, he terminado de instarlar, así que por ahora, la inspiración tendrá que dejarse ir...
un saludo desde áfrica.
Ni se te ocurre protestar, divagar, o dejar volar tu imaginación. Cuando llega ese momento donde el juicio se nubla, donde miras hacia delante, y dices, ¿dónde estoy?, esto es delante, esto es detrás, esto, esto, o aquello.
Siguen las líneas de progreso buscándose así mismas, llamando a todas las puertas, en todos aquellos lugares donde soy conocido...
...lo siento, he terminado de instarlar, así que por ahora, la inspiración tendrá que dejarse ir...
un saludo desde áfrica.
martes, 12 de enero de 2010
lunes, 11 de enero de 2010
Una de esas, de mirar el calendario
Sé que debería estar cumpliendo con mis obligaciones. Pero, la cabeza, como siempre, arde en deseos de comunicar. ¿A quién?, me pregunto, ¿para qué?.
Podría decirse, que hoy he estado más pendiente de lo normal del calendario. Observando fechas, revisando recuerdos, contando los días, recordando momentos. La gran cuestión de la vida. ¿Para qué recordamos las cosas?, u otra que se decía en, la ya famosa película, "No sos vos, soy yo", (¿un recuerdo es algo que tuvimos o algo perdimos?).

A eso creo que puedo contestar sin duda, es algo que tuvimos, y es algo que perdimos. No es que lo perdiéramos, como la cartera, en un coche, no, es algo que se quedó en el tiempo, perdido en el tiempo que hemos recorrido hasta llegar al día de recordarlo. Nos paramos un instante, o varios, como es mi caso, y allí está. Yo que tengo buena memoria, padezco de muchos de esos momentos de REMEMORAR. Así, sensaciones, vivencias, sentimientos, lugares, personas, sobre todo personas que han pasado y quedaron irremidiablemente atadas a ese o esos instantes concretos.
Ay,Ay, ja ja ja ja, se me pone la mirada bizca, ja ja ja, y mi mente viaja a ese baúl. Allí, saco fotos, olores, miradas, momentos que significaron algo y que toda su fuerza viene a mi como si fueran ayer.
Me dicen que no se debe vivir en el mundo de los sueños. Me dicen que no se debe vivir en el pasado.
Me dicen tantas cosas.
¿Alguien se las aplica?
Bueno, es hora de volver a mis obligaciones.
y como siempre digo, y tú, ¿qué opinas?.
Un saludo desde África
Podría decirse, que hoy he estado más pendiente de lo normal del calendario. Observando fechas, revisando recuerdos, contando los días, recordando momentos. La gran cuestión de la vida. ¿Para qué recordamos las cosas?, u otra que se decía en, la ya famosa película, "No sos vos, soy yo", (¿un recuerdo es algo que tuvimos o algo perdimos?).
A eso creo que puedo contestar sin duda, es algo que tuvimos, y es algo que perdimos. No es que lo perdiéramos, como la cartera, en un coche, no, es algo que se quedó en el tiempo, perdido en el tiempo que hemos recorrido hasta llegar al día de recordarlo. Nos paramos un instante, o varios, como es mi caso, y allí está. Yo que tengo buena memoria, padezco de muchos de esos momentos de REMEMORAR. Así, sensaciones, vivencias, sentimientos, lugares, personas, sobre todo personas que han pasado y quedaron irremidiablemente atadas a ese o esos instantes concretos.
Ay,Ay, ja ja ja ja, se me pone la mirada bizca, ja ja ja, y mi mente viaja a ese baúl. Allí, saco fotos, olores, miradas, momentos que significaron algo y que toda su fuerza viene a mi como si fueran ayer.
Me dicen que no se debe vivir en el mundo de los sueños. Me dicen que no se debe vivir en el pasado.
Me dicen tantas cosas.
¿Alguien se las aplica?
Bueno, es hora de volver a mis obligaciones.
y como siempre digo, y tú, ¿qué opinas?.
Un saludo desde África
Etiquetas:
Personal,
Personas,
recuerdos,
Reflexiones,
Relaciones
viernes, 8 de enero de 2010
Feliz Cumpleaños
Bueno, ya son 3 años dando aquí testimonio del funcionamiento de mi cabeza, de las intrigas de mi espíritu, del paso del tiempo, de como todo, hasta lo más insignificante se merece un ratito de nuestra atención, de vuestra colaboración, de muchos acontecimientos, algunos tristes, otros alegres, de muchos temas que tengo pendientes y algo abandonados.
3 años para poder decir que no me lo imaginaba así cuando empecé.
3 años dándole a la tecla por el único placer de compartir.
3 años ya, que buscando un nombre para esto, me di cuenta cuánto me quedaba por hacer.
3 años, en definitiva, que nunca olvidaré.
Feliz cumpleños a todas las mentes ajenas, por vosotros puedo sentirme uno más.
GRACIAS.
Enlace del primer día de trabajo en MentesAjenas
¿y tú qué opinas?
lunes, 4 de enero de 2010
Pequeña aclaración...
En ciertas situaciones, no lo voy a negar, me encanta el poder sobre las otras personas, el poder de hacerles cambiar de idea, de romper su concentración, de "vencerlos", de cambiar sus ideas, de hacerlos pensar, de conquistarlos, de llamar su atención, de convencerlos, de que me escuchen, de seducirlos....
...y todo eso, cuando me doy cuenta, varias veces al día que no tengo casi poder sobre mi mismo,
ni puedo hacerme cambiar de idea,
ni puedo concentrarme,
ni puedo vencerme
ni puedo pensar en lo que quiero,
ni puedo conquistarme,
ni puedo llamar mi atención sobre lo realmente importante
ni puedo convencerme,
ni puedo escucharme,
ni puedo seducirme.
Terrible descubrimiento esta ironía de la vida. Todos queremos poder sobre los demás, porque hemos de admitir que no tenemos ningún poder sobre nosotros mismos.
Hoy por ejemplo, es una prueba de ello, de ambos. De mi poder sobre otros y mi falta de poder sobre mi mismo.
¿y tú qué opinas?
...y todo eso, cuando me doy cuenta, varias veces al día que no tengo casi poder sobre mi mismo,
ni puedo hacerme cambiar de idea,
ni puedo concentrarme,
ni puedo vencerme
ni puedo pensar en lo que quiero,
ni puedo conquistarme,
ni puedo llamar mi atención sobre lo realmente importante
ni puedo convencerme,
ni puedo escucharme,
ni puedo seducirme.
Terrible descubrimiento esta ironía de la vida. Todos queremos poder sobre los demás, porque hemos de admitir que no tenemos ningún poder sobre nosotros mismos.
Hoy por ejemplo, es una prueba de ello, de ambos. De mi poder sobre otros y mi falta de poder sobre mi mismo.
¿y tú qué opinas?
Etiquetas:
gente,
Personal,
Personas,
poder,
Prosa,
recuerdos,
Reflexiones,
Relaciones,
retos
Dia de pasatiempo...
Uno dice a veces, "me gustaría... bla bla bla", y lo mejor de todo, es que ese "bla bla bla" se cumple en la mayoría de esas veces.
No me preguntes por qué, pero debo de ser de esos que cumple con la ley de atracción.
Tras unos comienzos un tanto extraños, ¿qué queda?. Queda apostar porque van a ser mejores. Como decía Kevin Kostner en el Cartero, "las cosas mejoran, las cosas mejoran cada día".
Ahí estoy yo. Soñando, pensando, deseando, y de repente, bofetada, se cumple. Debería decir que estoy contento con ver, observar, saborear que realmente lo que deseo se cumple, pero leche, voy a tener cuidado con lo que se desea.
Quería desconectar, quería que otras cosas llenaran mi mente, quería, digamos como cuando cambias tu ropa de verano y llenas tus armarios con la ropa de invierno, y mira tu por dónde, no solo he cambiado la ropa, si no que hasta me he mudado de casa, por seguir con el simil.
Ahora no solo me siento desconectado, no solo percibo que aquello que era importante ya no lo es, sino que es como si hubiera sido hace años. Mi cabeza no solo está llena de otras cosas, de otras ideas, sino que cuando piensa, ha de tratar de recordar, ha de esforzarse, como rebuscando, como diciendo, ¿en qué caja he metido esto?.
No se por qué suceden ciertas cosas, debería estar contento por este estado, por esta visión, por esta falta de nexos, pero..., no es que quiera ser, digamos, aguafiestas, pero algo de tristeza lo invade todo.
Tal vez, la tristeza es lo último que se lleva el tren, tal vez, la tristeza no deja de ser la conexión que te permite, ante todo, sentir que alguna vez pusiste tu empeño en algo.
Hoy, con varios acontecimientos, realmente desmotivadores, llenos de lo que yo llamaría "vaya problemas se inventa la gente, como se nota que no tienen problemas reales", allí estaba yo, gastando mis conversaciones con los amigos, de temas banales, intrascendentes, pero con esa pequeña carga emocional que te une con los mismos, y pensé, "Deseo cumplido", ¿querías desconectar?, "Toma desconexión", toma ley de la atraccion. Me pregunto, si soy tan poderoso, por qué la tristeza. Por qué preocuparte ni lo más mínimo por las soplagaitadas de estas personas qué hoy mostraron una vez más que por mucho que la gente te haya dado ya, todavía te pueden sorprender con nuevas y más interesantes soplagaitadas.
Señores, cómo se nota que ahora mi cabeza está más despejada, porque ya la llenan soplagaitadas, me sonrío sólo de escribirlo, si hace unas horas levantaba dolores de cabeza, ahora me siento tan despejado, que las problemáticas de estas personas, siendo como son banales y sin sentido, ahí las dejo, mejor dicho, aquí quedan, sin pensarlo, abandono.
UFFF, esto ni lo pienso revisar, que soy capaz de releerlo y borrarlo todo.
Escribir, interesante desahogo.
¿y tú qué opinas?
jueves, 31 de diciembre de 2009
¿ultima reflexión del año?...
Tras varios momentos de incertidumbre,
tras varios instantes de cortejar a la suerte,
tras casi 12 meses de tiempo,
en alguna ocasión, he visto el transcurrir,
he oido el sonido del paso de los días.
En días como hoy, al finalizar un ciclo, sé que puedo decir, hasta luego,
nos vemos tras las campanadas.
Feliz Año nuevo.
tras varios instantes de cortejar a la suerte,
tras casi 12 meses de tiempo,
en alguna ocasión, he visto el transcurrir,
he oido el sonido del paso de los días.
En días como hoy, al finalizar un ciclo, sé que puedo decir, hasta luego,
nos vemos tras las campanadas.
Feliz Año nuevo.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Una de cine....
Vamos a ver si alguien sabe de donde salió esta frase....
"a ellos sólo les importa de donde viene la gente, lo importante es a donde van..."
¿y tú qué opinas?
"a ellos sólo les importa de donde viene la gente, lo importante es a donde van..."
¿y tú qué opinas?
sábado, 19 de diciembre de 2009
Una señora se cruza en mi camino un viejo recuerdo aparece
Antes de acostarme, quería hablar de una de esas cosas, que hacen que eche de menos me mi grabadora.
Estoy llevando a cabo cambios en mi vida, proyectos, ideas, un futuro lleno de nuevos momentos me aguarda.
Hoy venía de hacer una compra rápida. Ya sabes, estas cosas que te hacen falta y vas sólamente a por ellas. Entre ellas unos plátanos.
Venía con mi aire taciturno, algo habitual en mi, con mis cosas en la cabeza, mis planes, y de repente mi mirada se desvió a la izquierda, una de estas puertas que no suele estar abierta, o que yo, por lo menos, nunca me había dado cuenta de que algo podría haber allí dentro.
La acera está rodeada de casas de todas las alturas, pero esa manzana son especialmente viejas compuestas de bajo, o como máximo una altura. Un antiguo ultramarinos, no tuve tiempo de mirar mucho, ya que dos zancadas y ya te salías del umbral, pero aunque allí no me detuve, mi mente, o un trozo de ella, se ha allí, dominada por aquella escena.
Como decía, antiguo ultramarinos, y pequeño, y a lo sumo 4 cosas, pero mi vista se fijó en dos cosas. Primera la doña que estaba tras el mostrador, una doña ya mayor, bien entrada en sus años, con cara enjuta, llena de arrugas, por decír, no se, 80 años. Segunda unos plátanos que había sobre el mostrador.
Cuánto me ha hecho pensar esa señora y esos plátanos, y cuánto me han hecho sentir mis pensamientos, o ¿habrá sido al contrario?. En muchas ocasiones ya no le doy importancia, porque al final ¿qué importa?.
La doña estaba allí, un sábado por la tarde, cerca de las 7, desconozco que tipo de vida lleva, que ideas tiene, su futuro más cercano, que le preocupa, por qué estaba allí, si la tienda era suya, si no lo era, si tendrá familia, a alguien le importa, tendrá su pensión, alguien ha entrado hoy a comprar algo.
Yo podría haber comprado mis plátanos allí, ¿por qué compro en un gran supermercado?.

Me entró tal sensación de pena, todas mis preguntas sobre su vida, no tenían respuesta, y su imagen no me hacía presuponer nada bueno. Ella, seguramente, tenía ese negocio desde hace mucho tiempo, tal vez más del que yo llevo en esta tierra, y ahora, al final de su camino, no sabía o no quería o sabe dios que, hacer otra cosa.
Tal vez no había hablado con nadie en todo el día, tal vez ya no abrigaba esperanzas, para ella, la clientela ya hace mucho tiempo que se fue, pero ¿qué iba a hacer?, pues seguir abriendo su ultramarinos, malo será que algún vecino de su quinta no siga comprando su mantequilla casera.
Yo, podía haber comprado aquellos plátanos. No es que necesitara más, pero mi vista se quedó fijada en ellos, pude haber entrado, dar marcha atrás, y decirle, me los llevo, pero no lo hice.
Al entrar hubiera saboreado algo más de todo aquella atmósfera, y tal vez hubiera rellenado correctamente los huecos.
Pero no lo hice.
Me hizo recordar a aquel par de mecánicos, que allá por 1987, aun seguian regentando su taller de cambios de aceite. Taller de Franco y ..., no recuerdo ya, pero sus caras no las podré olvidar. Yo pasaba por su vera todos los días, de lunes a viernes de vuelta a casa, del colegio, nunca, en los dos años y pico que mi vida se cruzaba con la suya, nunca vi un coche dentro de ese taller. Supongo que uno de ellos era el tal Franco, tal vez llevaban juntos toda su vida como profesionales, su taller, siempre vacío, ellos con la mirada hacia la calle, me parecía que pedían a gritos, entren, entren, somos buenos, llevamos toda la vida con esto. Lo que no os he contado es que Franco y el otro, andarían de aquella por los 70 o más años, por lo menos esa era su apariencia externa, ancianos ancianos.
¿por qué no entraba nadie?, es que no confiaban ya en ellos, cómo se sentirían, cómo matarían el tiempo, qué significaría para ellos la vida, el levantarse, por qué luchar, para qué mantenerse en pie.
Supongo que se tendrían el uno al otro. Todo aquello ha desaparecido ya, doy por hecho que estarán muertos. Descansen en Paz.
¿y tú qué opinas?
Estoy llevando a cabo cambios en mi vida, proyectos, ideas, un futuro lleno de nuevos momentos me aguarda.
Hoy venía de hacer una compra rápida. Ya sabes, estas cosas que te hacen falta y vas sólamente a por ellas. Entre ellas unos plátanos.
Venía con mi aire taciturno, algo habitual en mi, con mis cosas en la cabeza, mis planes, y de repente mi mirada se desvió a la izquierda, una de estas puertas que no suele estar abierta, o que yo, por lo menos, nunca me había dado cuenta de que algo podría haber allí dentro.
La acera está rodeada de casas de todas las alturas, pero esa manzana son especialmente viejas compuestas de bajo, o como máximo una altura. Un antiguo ultramarinos, no tuve tiempo de mirar mucho, ya que dos zancadas y ya te salías del umbral, pero aunque allí no me detuve, mi mente, o un trozo de ella, se ha allí, dominada por aquella escena.
Como decía, antiguo ultramarinos, y pequeño, y a lo sumo 4 cosas, pero mi vista se fijó en dos cosas. Primera la doña que estaba tras el mostrador, una doña ya mayor, bien entrada en sus años, con cara enjuta, llena de arrugas, por decír, no se, 80 años. Segunda unos plátanos que había sobre el mostrador.
Cuánto me ha hecho pensar esa señora y esos plátanos, y cuánto me han hecho sentir mis pensamientos, o ¿habrá sido al contrario?. En muchas ocasiones ya no le doy importancia, porque al final ¿qué importa?.
La doña estaba allí, un sábado por la tarde, cerca de las 7, desconozco que tipo de vida lleva, que ideas tiene, su futuro más cercano, que le preocupa, por qué estaba allí, si la tienda era suya, si no lo era, si tendrá familia, a alguien le importa, tendrá su pensión, alguien ha entrado hoy a comprar algo.
Yo podría haber comprado mis plátanos allí, ¿por qué compro en un gran supermercado?.
Me entró tal sensación de pena, todas mis preguntas sobre su vida, no tenían respuesta, y su imagen no me hacía presuponer nada bueno. Ella, seguramente, tenía ese negocio desde hace mucho tiempo, tal vez más del que yo llevo en esta tierra, y ahora, al final de su camino, no sabía o no quería o sabe dios que, hacer otra cosa.
Tal vez no había hablado con nadie en todo el día, tal vez ya no abrigaba esperanzas, para ella, la clientela ya hace mucho tiempo que se fue, pero ¿qué iba a hacer?, pues seguir abriendo su ultramarinos, malo será que algún vecino de su quinta no siga comprando su mantequilla casera.
Yo, podía haber comprado aquellos plátanos. No es que necesitara más, pero mi vista se quedó fijada en ellos, pude haber entrado, dar marcha atrás, y decirle, me los llevo, pero no lo hice.
Al entrar hubiera saboreado algo más de todo aquella atmósfera, y tal vez hubiera rellenado correctamente los huecos.
Pero no lo hice.
Me hizo recordar a aquel par de mecánicos, que allá por 1987, aun seguian regentando su taller de cambios de aceite. Taller de Franco y ..., no recuerdo ya, pero sus caras no las podré olvidar. Yo pasaba por su vera todos los días, de lunes a viernes de vuelta a casa, del colegio, nunca, en los dos años y pico que mi vida se cruzaba con la suya, nunca vi un coche dentro de ese taller. Supongo que uno de ellos era el tal Franco, tal vez llevaban juntos toda su vida como profesionales, su taller, siempre vacío, ellos con la mirada hacia la calle, me parecía que pedían a gritos, entren, entren, somos buenos, llevamos toda la vida con esto. Lo que no os he contado es que Franco y el otro, andarían de aquella por los 70 o más años, por lo menos esa era su apariencia externa, ancianos ancianos.
¿por qué no entraba nadie?, es que no confiaban ya en ellos, cómo se sentirían, cómo matarían el tiempo, qué significaría para ellos la vida, el levantarse, por qué luchar, para qué mantenerse en pie.
Supongo que se tendrían el uno al otro. Todo aquello ha desaparecido ya, doy por hecho que estarán muertos. Descansen en Paz.
¿y tú qué opinas?
A punto de reventar....
Hace unas semanas decidí comprarme una grabadora. No porque me falle la memoria, o porque quiera llevar una agenda diaria de mis innumerables compromisos.
En variadas ocaciones mi espíritu se ve tocado, se apercibe de algo, siente cosas, y rápidamente mi mente las convierte en palabras.
Empiezo diálogos en mi cabeza, con interlocutores inexistentes, relleno vacíos, pongo nombres a las cosas, todo eso no hace más que rosonar y brotan frases, se describen situaciones, se buscan soluciones, alternativas.
Pretendía, con la grabadora, llevar a cabo un cambio, no dejarlo todo en mi cabeza, sacarlo fuera, porque entendía que eso liberaría mi espíritu, me permitiría darle un sentido más amplio a muchas de las cuestiones que confiscan neuronas y más neuronas.
Recuerdo aquella frase de Travolta en Phenomenom, "estoy preñado de ideas", a veces creo que tantas sensaciones, tantas palabras, tantas frases en mi cabeza van a provocarme un colapso.
En alguna ocasión dudo de querer aceptar mi propia naturaleza, a veces me asaltan las dudas, ¿podré con todo esto?, a veces parece que mis fantasmas van a poder conmigo, a veces digo BASTA, a veces, bueno esas veces que todos conocemos buscaría el sueño reparador, ese del que no te levantas ya más, a veces, sólo a veces...
Espero, y deseo poder utilzar más esa maldita grabadora, vaciar esta presa de sensaciones, y dejar espacio a las nuevas. Hay que entender que la vida es como un río, podemos poner cámaras estancas donde queramos en su trayecto, aprovechar el agua para cualquiera de nuestros usos, pero no nos equivoquemos, la vida, pasa, y al igual que el Tajo, antes o después, llegaremos a Lisboa. Llegar es inevitable, pero no es inevitable llegar vacíos, lo que hagas con el agua de tu río es cosa tuya.
¿y tú qué opinas?
En variadas ocaciones mi espíritu se ve tocado, se apercibe de algo, siente cosas, y rápidamente mi mente las convierte en palabras.
Empiezo diálogos en mi cabeza, con interlocutores inexistentes, relleno vacíos, pongo nombres a las cosas, todo eso no hace más que rosonar y brotan frases, se describen situaciones, se buscan soluciones, alternativas.
Pretendía, con la grabadora, llevar a cabo un cambio, no dejarlo todo en mi cabeza, sacarlo fuera, porque entendía que eso liberaría mi espíritu, me permitiría darle un sentido más amplio a muchas de las cuestiones que confiscan neuronas y más neuronas.
Recuerdo aquella frase de Travolta en Phenomenom, "estoy preñado de ideas", a veces creo que tantas sensaciones, tantas palabras, tantas frases en mi cabeza van a provocarme un colapso.
En alguna ocasión dudo de querer aceptar mi propia naturaleza, a veces me asaltan las dudas, ¿podré con todo esto?, a veces parece que mis fantasmas van a poder conmigo, a veces digo BASTA, a veces, bueno esas veces que todos conocemos buscaría el sueño reparador, ese del que no te levantas ya más, a veces, sólo a veces...
Espero, y deseo poder utilzar más esa maldita grabadora, vaciar esta presa de sensaciones, y dejar espacio a las nuevas. Hay que entender que la vida es como un río, podemos poner cámaras estancas donde queramos en su trayecto, aprovechar el agua para cualquiera de nuestros usos, pero no nos equivoquemos, la vida, pasa, y al igual que el Tajo, antes o después, llegaremos a Lisboa. Llegar es inevitable, pero no es inevitable llegar vacíos, lo que hagas con el agua de tu río es cosa tuya.
¿y tú qué opinas?
jueves, 17 de diciembre de 2009
De nuevo en la brecha.....
....siguiendo un soneto de esos tan conocido.
Aquí, con un tema relacionado con las quemaduras.Cansado, pero, como siempre con la mente activa, y de lleno en la materia. Bueno, no tan de lleno, pero no se lo digáis a nadie.
Aquí, solo, y extrañamente necesitado de compartilo con alguien. ¿Hay Alguien?...
Encantamientos, estoy practicando...suena en mis altavoces.
...seguiré con mis obligaciones. Hay varias, pero estoy en ello.
Espero sentirme orgulloso, recordemos el plan 90.
¿y tú qué opinas?
Aquí, con un tema relacionado con las quemaduras.Cansado, pero, como siempre con la mente activa, y de lleno en la materia. Bueno, no tan de lleno, pero no se lo digáis a nadie.
Aquí, solo, y extrañamente necesitado de compartilo con alguien. ¿Hay Alguien?...
Encantamientos, estoy practicando...suena en mis altavoces.
...seguiré con mis obligaciones. Hay varias, pero estoy en ello.
Espero sentirme orgulloso, recordemos el plan 90.
¿y tú qué opinas?
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Se dice se comenta....
Casi las 4 de la madrugada. Qué fácil es para este servidor poder sentirse activo por la noche. No digamos ya mantener la cabeza, los pensamientos bajo una misma dirección, como si a esta hora, las cosas, situaciones, fueran mucho más fáciles de ver, de aprender, de objetivizar, diría que yo soy la noche de mis pensamientos.
Realmente, en dos o tres minutos máximo, me habré hundido entre mis sábanas.
¿qué querría decir? ¿qué epitafio comentar? ¿qué nota para sellar mi boca, y poner rumbo hacia mis sueños?
No será hoy cuando termine, no será hoy cuando pueda creer en ello, no será hoy, todavía cuando haya saboreado el momento, no será hoy cuando viendo más allá de lo que soy, pueda decir ya no más.
A veces, pensando, me digo, upsss, ahora no lo recuerdo, creo que ya empieza a hacer efecto esa hormona adormecedora, vaya, llega con un poco de retraso, 5 minutos para las 4.
¿qué será de todo dentro de unos meses?, digamos dentro de 90 días.
Plan 90, porras, parece un plan de adelgazamiento, y sí, tal vez, dieta de ideas como decía el profesor Nash en Una mente Maravillosa.
El doble de días que el de 40 días y 40 noches. Aunque no por tal "noble" causa.
Bueno a tres minutos para las 4, ni las teclas logro atinar, me paso más rato borrando que escribiendo.
¡MALOSERÁ!
Realmente, en dos o tres minutos máximo, me habré hundido entre mis sábanas.
¿qué querría decir? ¿qué epitafio comentar? ¿qué nota para sellar mi boca, y poner rumbo hacia mis sueños?
No será hoy cuando termine, no será hoy cuando pueda creer en ello, no será hoy, todavía cuando haya saboreado el momento, no será hoy cuando viendo más allá de lo que soy, pueda decir ya no más.
A veces, pensando, me digo, upsss, ahora no lo recuerdo, creo que ya empieza a hacer efecto esa hormona adormecedora, vaya, llega con un poco de retraso, 5 minutos para las 4.
¿qué será de todo dentro de unos meses?, digamos dentro de 90 días.
Plan 90, porras, parece un plan de adelgazamiento, y sí, tal vez, dieta de ideas como decía el profesor Nash en Una mente Maravillosa.
El doble de días que el de 40 días y 40 noches. Aunque no por tal "noble" causa.
Bueno a tres minutos para las 4, ni las teclas logro atinar, me paso más rato borrando que escribiendo.
¡MALOSERÁ!
martes, 15 de diciembre de 2009
Ha llegado el anochecer...
Más o menos a esta hora, llega a mis oidos el anochecer, ese que cada día, a cierta hora, cada vez más tarde arrabata la luz a nuestro mundo. Adormece las conciencias y nos prepara para los brazos, incansables, de Morfeo.
Todos llegamos a disfrutar de ese momento, y si disfrutar, en alguna ocasión, no es la palabra más adecuada, porque se parece a pasarlo bien, a regocijarse, pues digamos que bienvenido sea, porque he llegado a él, otros, se quedaron en el camino.
Cuando utilizas toda tu mente para, digamos, apostar por anocheceres en tu vida, es porque sabes que después, llegará la noche, esa en la que a oscuras te sientes tan cómodo, disfrutas de la soledad del silencio, todos duermen ajenos a tu historia personal, sólo tú pareces estar en el mundo.
Además, según pasan las horas, tambien uno se deposita en la cálida protección de sus mantas, disfruta, (una vez más), de esa posición, horizontal, por supuesto, dónde llegamos a la antesala de nuestro mundo totalmente particular.
Ante todo, y lo más importante, es que pasado ese tiempo de recuperación, esos momentos donde nuestro cuerpo aturdido, dolido, lleno de sensaciones y sentimientos, cura sus heridas, los sueños nos aparecen para dar sentido a nuestras preocupaciones, hacer real lo importante y mitigar nuestra agonía.
Llega la mañana, la luz, el despertar, ligeros, fuertes, comos si todo hubiera sido "un sueño". Qué curiosa sensación el desperezarse, ¿realmente ocurrió?. Cuando nos encontramos mirando por la ventana como, de nuevo, todo empieza a moverse, incluso aquello que se detuvo en su momento, al final estamos otra vez aquí, y como diríamos en una barra de bar, "otra ronda...", o si fuéramos protagonistas de Casablanca, "Tócala otra vez Sam".
Amanece de nuevo, el sol baña mi cara, recordándome que la noche ya pasó, y que todo me espera delante, sólo tengo que...
...desayunar, primero.
¿y tú qué opinas?
Todos llegamos a disfrutar de ese momento, y si disfrutar, en alguna ocasión, no es la palabra más adecuada, porque se parece a pasarlo bien, a regocijarse, pues digamos que bienvenido sea, porque he llegado a él, otros, se quedaron en el camino.
Cuando utilizas toda tu mente para, digamos, apostar por anocheceres en tu vida, es porque sabes que después, llegará la noche, esa en la que a oscuras te sientes tan cómodo, disfrutas de la soledad del silencio, todos duermen ajenos a tu historia personal, sólo tú pareces estar en el mundo.
Además, según pasan las horas, tambien uno se deposita en la cálida protección de sus mantas, disfruta, (una vez más), de esa posición, horizontal, por supuesto, dónde llegamos a la antesala de nuestro mundo totalmente particular.
Ante todo, y lo más importante, es que pasado ese tiempo de recuperación, esos momentos donde nuestro cuerpo aturdido, dolido, lleno de sensaciones y sentimientos, cura sus heridas, los sueños nos aparecen para dar sentido a nuestras preocupaciones, hacer real lo importante y mitigar nuestra agonía.
Llega la mañana, la luz, el despertar, ligeros, fuertes, comos si todo hubiera sido "un sueño". Qué curiosa sensación el desperezarse, ¿realmente ocurrió?. Cuando nos encontramos mirando por la ventana como, de nuevo, todo empieza a moverse, incluso aquello que se detuvo en su momento, al final estamos otra vez aquí, y como diríamos en una barra de bar, "otra ronda...", o si fuéramos protagonistas de Casablanca, "Tócala otra vez Sam".
Amanece de nuevo, el sol baña mi cara, recordándome que la noche ya pasó, y que todo me espera delante, sólo tengo que...
...desayunar, primero.
¿y tú qué opinas?
Etiquetas:
Personal,
Personas,
Prosa,
Sensaciones,
Sentimientos
domingo, 13 de diciembre de 2009
Embadurnado de capas y capas y capas
En breve habrá que pensar en divisar las hondanadas de mi almohada. Nadie sabe por qué pero este suele ser un paso que me cuesta dar, especialmente en días con la mente despierta y ganas de dejar huella e impactar.
Hoy no es de esos días. Me duele la garganta, el cansancio se hace notar y, por si fuera poco, mañana tengo una mañana colmada de papeleos y trámites burocráticos que necesitan ser atendidos con la premura adecuada.
Solicitudes, firmas, escritos, copias, burofax, sellados, etc, etc, ...
¿Qué puedo decir?, atiendo razones que la mente no alcanza a abarcar, ja ja ja ja, supongamos por un momento, que pudieramos extrapolarnos, dejando de lado nuestra vida, ponernos en la vida de otro, vivir, aunque sólo sea por un día, su continuo devenir.
Sería, entonces, cuando realmente valoraríamos nuestra vida, nuestras posesiones, nuestras deudas, nuestro caminar, nuestro dolor, nuestra causa. Estoy seguro que ante todo lo haríamos por lo acostumbrados que estamos a nosotros mismos y lo letal que sería para nuestra conciencia vivir en el pellejo de otro.
Existen en el cine varias películas que rozan ese tema cuando el padre se convierte en el hijo y viceversa. Se me viene a la mente ahora, una de Kirk Cameron, ay, mi memoria, he de admitir que a veces no trabaja como yo querría.
Cualquiera que me conozca, mínimamente, sabe que yo por encima de todo avalaré siempre la frase de aquella película de Tom Cruise, Jerry Maguire, en la que se terminaba diciendo.
"Amo mi vida",
...y nunca mejor dicho. No querría estar en ningún otro lugar, mi proceso es mío y he de pasarlo, mis pasos han de ser andados, y no por otra alma ni otro ente, ni con atajos, ni con trucos, he de llegar a donde me he propuesto, y serlo me nombrará "yo", y hacerlo me generará "yo", y allí, en aquella cumbre, mirando desde arriba todo lo que me ha llevado llegar hasta ese punto, hasta ese exacto lugar, diré, o mejor dicho pensaré, no, mejor puntualicemos, sentiré "una vez más sólo tú podías estar en este lugar".
No os propongáis ser otras personas, no echéis de menos la seguridad que os proporcionan ciertas imágenes, cuando miramos para otros y vemos su camino, sólo podemos atisbar, con mucha, mucha imaginación, a dónde les puede llevar, pero nunca, lo que les ha costado llegar allí.
Como le dijeron a Arnold, en Desafío Total, "un hombre se define por sus actos, no por sus recuerdos".
Como le dijeron a Harry Potter, "no son nuestras habilidades las que nos dicen quienes somos, sino nuestras decisiones"
Como digo yo,
"Todo empieza en mi, y acaba en mi"
Hoy no es de esos días. Me duele la garganta, el cansancio se hace notar y, por si fuera poco, mañana tengo una mañana colmada de papeleos y trámites burocráticos que necesitan ser atendidos con la premura adecuada.
Solicitudes, firmas, escritos, copias, burofax, sellados, etc, etc, ...
¿Qué puedo decir?, atiendo razones que la mente no alcanza a abarcar, ja ja ja ja, supongamos por un momento, que pudieramos extrapolarnos, dejando de lado nuestra vida, ponernos en la vida de otro, vivir, aunque sólo sea por un día, su continuo devenir.
Sería, entonces, cuando realmente valoraríamos nuestra vida, nuestras posesiones, nuestras deudas, nuestro caminar, nuestro dolor, nuestra causa. Estoy seguro que ante todo lo haríamos por lo acostumbrados que estamos a nosotros mismos y lo letal que sería para nuestra conciencia vivir en el pellejo de otro.
Existen en el cine varias películas que rozan ese tema cuando el padre se convierte en el hijo y viceversa. Se me viene a la mente ahora, una de Kirk Cameron, ay, mi memoria, he de admitir que a veces no trabaja como yo querría.
Cualquiera que me conozca, mínimamente, sabe que yo por encima de todo avalaré siempre la frase de aquella película de Tom Cruise, Jerry Maguire, en la que se terminaba diciendo.
"Amo mi vida",
...y nunca mejor dicho. No querría estar en ningún otro lugar, mi proceso es mío y he de pasarlo, mis pasos han de ser andados, y no por otra alma ni otro ente, ni con atajos, ni con trucos, he de llegar a donde me he propuesto, y serlo me nombrará "yo", y hacerlo me generará "yo", y allí, en aquella cumbre, mirando desde arriba todo lo que me ha llevado llegar hasta ese punto, hasta ese exacto lugar, diré, o mejor dicho pensaré, no, mejor puntualicemos, sentiré "una vez más sólo tú podías estar en este lugar".
No os propongáis ser otras personas, no echéis de menos la seguridad que os proporcionan ciertas imágenes, cuando miramos para otros y vemos su camino, sólo podemos atisbar, con mucha, mucha imaginación, a dónde les puede llevar, pero nunca, lo que les ha costado llegar allí.
Como le dijeron a Arnold, en Desafío Total, "un hombre se define por sus actos, no por sus recuerdos".
Como le dijeron a Harry Potter, "no son nuestras habilidades las que nos dicen quienes somos, sino nuestras decisiones"
Como digo yo,
"Todo empieza en mi, y acaba en mi"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)